EL fomento de la pluralidad y el logro de un paso más hacia la normalidad han sido las excusas que han llevado a la entente PP-PSOE que dirige Euskal Irrati Telebista a que el independiente Alberto Surio y su profesional equipo directivo programaran también en ETB-2 el discurso real que a la misma hora se podía ver en todas y cada una de las televisiones públicas y privadas del Estado español. Pluralidad y normalidad que otros muchos han entendido como uniformidad y españolización. Éstas, la uniformidad y la españolización, son unos de los pilares de la política de comunicación del Gobierno López a través de todas sus herramientas, siendo EITB -lamentablemente- la punta de lanza de este intento de lograr que la Comunidad Autónoma del País Vasco sea una más, en todos los sentidos, de las regiones españolas. El discurso del rey Juan Carlos I, farragoso en su estéril fondo, pastoso en la pronunciación y anquilosado en las formas, se convirtió una vez más en un reiterativo llamamiento a la unidad de todos los españoles para combatir la crisis económica y el terrorismo. El más rancio nacionalismo español de este discurso irreal llevó a miles y miles de vascos a apagar el aparato de televisión o a cambiar de cadena refugiándose en las nevadas imágenes de Euskal Herria, Lau haizetara en ETB-1. Tampoco hubiera estado nada mal el contraste entre el Borbón y ese Gabon Zoriontxuak del irrepetible personaje cómico de Mister Bean, que acababa de terminar en el canal euskaldun de la televisión pública vasca. Afortunadamente, el programador deleitó con algunas de las mejores imágenes de La mirada mágica. Sin aparentemente darse cuenta, el plúmbeo discurso irreal impulsó a muchos a contemplar las vistas áreas de una real Euskal Herria. Por una vez Surio practicó una discriminación positiva hacia el euskera. ETB-1 se convertía en el único refugio posible para miles de vascos. El actual equipo de EITB, tal vez para compensar la conquista borbónica de ETB-2, se miraba al mismo tiempo en el espejo de algunos de los mejores trabajos impulsados por sus antecesores. Tras contemplar Euskadi a vista de pájaro, hubo tiempo para la nostalgia con el festival musical Gu gira -promovido para celebrar los 25 años de Radio Euskadi- o una nueva edición de Euskal Kantuarean Gaua, con Ilaski Serrano y Julio Ibarra de presentadores. Para reforzar la impresión de revival, ETB-2, sin ideas nuevas, retomaba un especial de las distintas etapas de Vaya semanita. Y es que a falta de ideas y proyectos ilusionantes, el equipo de Alberto Surio -tras seis meses de infructuosa presencia al frente de EiTB, tal como revelan las audiencias- sólo podía ofrecer una novedad en la parrilla de programación navideña: un discurso real que, al menos, sirvió para potenciar el consumo de televisión en euskera.
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