Curso del 63
ME entero de que esta semana Antena3 ha estrenado con enorme éxito un reality (o experimento sociológico, como ellos prefieren llamarlo) que recrea los métodos educativos de los años 60. Curso del 63, lo han llamado. Cuentan para ello con unos cuantos chavales post-adolescentes a los que les cortan el pelo entre sollozos y algunos profesores que se han dejado crecer el bigotillo por aquello del realismo. La idea es buena. Creo que el franquismo es una mina que, a pesar de Cuéntame y otros esfuerzos menores, puede todavía rendir mucho más en el campo televisivo.
Así, a bote pronto, se me ocurren otros realities (perdón, quise decir experimentos sociológicos) que podrían arrasar con el share.
¿Qué tal Matrimonio del 63? Se introduce a algunas parejas en una casa y se les somete a las reglas matrimoniales de la dictadura. No existe posibilidad de divorciarse, el adulterio femenino será castigado, se prohíben los anticonceptivos y se arresta a quien los venda, el hombre tiene vedada la entrada en la cocina y cada vez que a la mujer se le ocurra, qué se yo, abrirse una cuenta en el banco, deberá pedir permiso a su marido. ¿Y por qué no Buscando Trabajo en el 63? Así sabrá toda esa gente que se queja en las colas del Inem lo que era tener que conseguir el permiso del párroco del barrio para poder ejercer, por ejemplo, de maestra. (¡Y ay de las concursantes si el cura las ha pillado con algún barbudo por la calle!).
Una vez encontrado el tan ansiado puesto de trabajo podría continuarse la saga con Oficina del 63, un plató donde se recreará el ambiente de las oficinas de los años sesenta, aquellos agradables lugares de trabajo con olor a puro y carajillo donde las mujeres no pasaban de secretarias y todos los machos tenían derecho a pellizcar sus culos.
Como ven, tenemos tanto que aprender del franquismo... Por suerte disponemos de una televisión cada día más didáctica.