Los gadgets, los electrodomésticos y hasta un grifo o un inodoro pueden llegar a ser inteligentes. Y también las ciudades, que entonces denominamos smart cities. Para poder recibir ese nombre se basan en un uso intensivo de las tecnologías de la información y comunicación con el objetivo de ser más eficientes y prestar mejores servicios. Y a la vez interconectan distintos ámbitos como sanidad, economía, energía, seguridad y la ciudadanía. 

Aspecto desde el aire de The Line, la ciudad del futuro que se desarrollará en Arabia Saudí.

Se trata de una tendencia que siguen muchas localidades y proyectos de núcleos urbanos, como The Line, la ciudad del futuro que está diseñada para construirse en Arabia Saudí. Tendrá 200 metros de ancho y 170 kilómetros de largo y estará ubicada a 500 metros sobre el nivel del mar. La empresa encargada del diseño es NEOM, propiedad del príncipe heredero de este país, Mohamed bin Salman. El objetivo es que esté lista para 2030, aunque de momento el proyecto busca financiación a nivel internacional. “Funcionará con energía cien por cien renovable y priorizará la salud y el bienestar de las personas sobre el transporte y las infraestructuras, que es lo que pasa en las ciudades tradicionales”, apuntan desde la agencia oficial de prensa saudita (SPA). The Line no dispondrá de carreteras, ni calles, ni automóviles, aunque sí con un transporte público eficiente de alta velocidad que transcurrirá de manera subterránea. Además, estará cubierta por espejos que solo podrán verse desde el exterior. Está pensada para albergar a nueve millones de habitantes en un espacio de unos 34 kilómetros cuadrados. El coste de la primera fase de esta ciudad hasta 2030 se estima en 319.000 millones de dólares y la creación hasta entonces de 380.000 puestos de trabajo. 

En Sevilla

Y de Arabia Saudí a Sevilla, que se ha convertido en laboratorio para transformar una zona de la capital en la ciudad del futuro. Concretamente, la isla de La Cartuja, el espacio que acogió hace 30 años la muestra universal Expo 92. Ahora se trata de un parque tecnológico casi totalmente ocupado que tiene como objetivo cambiar parte de la economía andaluza basándose en tres ejes: la universidad, ciencia y tecnología, y la empresa. Y ahí es donde se ensaya cómo podría ser una ciudad futurista, espacio al que se ha llamado eCity Sevilla. Es decir, que así deberán ser todos los municipios en 2050 según la Unión Europea y la ONU: climáticamente neutros o, lo que es lo mismo, que no emitan más carbono del que puedan procesar. Para ello se prueban soluciones en cuatro ámbitos: digitalización, energía, edificación y movilidad. 

Proyecto de la futura sede del Centro Común de Investigación de Sevilla (JRC) de la Comisión Europea.

Respecto a la energía, se prevé que toda la que se consuma provenga de fuentes renovables locales y serán las propias empresas ya instaladas allí, además, quienes deban presentar soluciones de autogeneración y edificación eficiente. Y, por supuesto, también lo harán los nuevos edificios, como la futura sede del Centro Común de Investigación de Sevilla (JRC son las siglas en inglés) de la Comisión Europea. Estará cubierto por una cúpula de cristales y se dará prioridad al uso de materiales de origen local. 

Lo que sí se probará en un plazo de tiempo corto (está previsto que este próximo mes de octubre) será un sistema de aire acondicionado para exteriores bautizado como Cartuja Qanat. Se trata de reutilizar los sistemas bioclimáticos de la Expo para bajar la temperatura hasta 10 grados en verano en un área concreta de la isla de 700 metros cuadrados. Y todo ello, de manera simplificada, a través de depósitos de agua que se enfría y canales por donde circula el aire que se expulsa al exterior para refrescar el espacio. 

Para que sea una ciudad sostenible, también es importante eliminar de forma progresiva el tráfico de vehículos con motor gasoil y gasolina. Por eso, en 2023 la Cartuja contará con dos áreas de bajas emisiones a las que no podrán acceder vehículos matriculados antes del año 2000 de gasolina ni aquellos de gasoil matriculados antes de 2006. Y se apostará por los coches eléctricos (habrá un punto de recarga por cada 10 coches de este tipo), parkings inteligentes y el transporte público. Todo ello integrado a través de una red inteligente, Smart Grid, que permitirá recopilar la información necesaria para hacer más eficiente el sistema.  

Y, por supuesto, la digitalización de la ciudad será completa para facilitar la gestión urbana que integre servicios como el alumbrado público, la calidad del aire, etc. 

Shangai lidera el ranking de ciudades más inteligentes. [Foto: Freepik] Freepik

Las ciudades más inteligentes

Según un estudio elaborado por la empresa Juniper Research, este es el top cinco de ciudades inteligentes en el mundo: Shangai (China), Seúl (Corea del Sur), Barcelona (España), Pekín (China) y Nueva York (Estados Unidos). Para elaborar este ranking, que aparece en el trabajo titulado Ciudades Inteligentes: Tecnologías Clave, Impacto Ambiental y Previsiones del Mercado 2022-2026, la consultora valoró aspectos como el transporte y la movilidad, su conectividad, el desarrollo tecnológico o la administración de la energía y su forma de producirla. En la primera de ellas, Shangai, cabe destacar la Nube Ciudadana, un rascacielos ecológico y sustentable de casi 700 metros de altura.