Hay quienes piensan que todavía las teles tienen una deuda pendiente con Raffaella. Un especial a modo de homenaje para resaltar el extenso legado de la artista italiana. ¡Y razón no les falta! Porque poco, o muy poco, se programó en su día (hace más de un año) cuando la Carrà falleció en Roma a causa de un terrible cáncer del que muy pocos sabían. Tan solo Antena 3 (con Tu cara me suena) le rindió un merecido (y emotivo) tributo al inicio de la novena temporada del concurso. Lorena Gómez, Melody, Cristina Ramos, Roko y muchos más de los exconcursantes, junto a Manel Fuentes y el jurado, se atrevieron a entonar los más conocidos temas de la cantante nacida en Bolonia en 1943. Incluso el propio presentador del formato destacó al finalizar la actuación las siguientes palabras: “Su espíritu es el espíritu del programa. Por su talento, por su alegría, por su libertad, por su sentido del espectáculo. Siempre estarás en nuestros corazones. ¡Hasta siempre, Raffaella Carrà!”.
Sin duda, unas preciosas palabras para quien siempre inyectó alegría en quien se sentía triste. Animó incluso esas soporíferas fiestas con himnos y poemas que deberían ser declarados Bien de Interés Cultural Inmaterial. Porque la Carrà fue durante lustros la mayor defensora de la libertad (también sexual) cuando pocos se atrevían ni siquiera a pronunciar tan bello vocablo en este rancio país. Y como bien resaltó mi querido Igor Santamaría en su columna homenaje del Deia: “Llenó los armarios de brilli brilli para acabar con la naftalina y sacar de ellos a un ejército de Lucas, canto a la diversidad sexual que por vez primera alguien se atrevió a interpretar en la RAI. Nos enseñó que para hacerlo bien hay que irse al sur y, aunque nos deja el corazón explotado, conviene no olvidar su mensaje: Lo importante es que lo hagas con quien quieras tú. Lo que hoy en día, por increíble que parezca, aún hay que recordar”.
Pues bien, con un año de retraso, el Ayuntamiento de Madrid estrenaba la pasada semana, coincidiendo con la celebración del Orgullo LGTBI+, la Plaza Raffaella Carrà. Concretamente, en la ubicación hasta ahora conocida como Plaza del olivo, en plena calle Fuencarral, en el barrio de Malasaña. Rozando con ese Chueca a la que la artista rubia con mejor golpe de melena tanto inspiró, quiso y alentó cuando la libertad, para muchos y muchas, solo era un barco al que cantaba José Luis Perales. ¡Gracias, querida! Eskerrik asko!
