Todo comenzó hace unas semanas, con la emisión de un documental que arrojaba luz sobre terribles casos de bullying y actos de violencia en las aulas en el conocido internado de Herlufsholm Skole. Es uno de los centros más elitistas de Europa, fundado hace siglos para que en él estudiasen los hijos de la más alta nobleza, y que en la actualidad cuenta, atención, con gimnasio, sala de cine, museo de ciencias e historia, laboratorio y actividades extraescolares como tiro con arco y esquí. Imaginen el nivel osea de los estudiantes que lo pisan. 

Pues bien, Los secretos de Herlufsholm: Violencia, violaciones y acoso ha hecho estallar por los aires la reputación y credibilidad del internado. Más de 50 ex alumnos han narrado con todo lujo de detalles las pesadillas que se viven tras los muros del colegio, y especialmente el informe publicado recientemente por la Agencia Danesa para la Educación y la Calidad también ha sido muy crítico.

Un historial de violencia que, al parecer, se remonta prácticamente a su fundación. Por ello, y para proteger a sus hijos, Federico y Mary de Dinamarca han anunciado a través de un comunicado oficial su intención de sacar al príncipe Christian de Herlufsholm, y también a su hermana Isabella, que no llegará a iniciar en él el noveno curso. Una decisión que alejará a ambos para siempre del mal rollo que impregna parte de la historia del college

Según la publicación Vanity Fair, en 1994 un guardia del centro “fue apuñalado en sus proximidades”; en 2006, un estudiante de 16 años “fue acusado de violar a una compañera de su misma edad”; y en 2016, un alumno de noveno curso fue increpado “por violar a una estudiante de un curso inferior”. Sin embargo, los cargos en todos los casos fueron retirados. Un hecho, sin duda, de lo más indignante y sospechoso.

Incluso algún exalumno, como Kasper Hansen, ha llegado a calificar a Herlufsholm Skole como “un campo de concentración para los niños disfuncionales de los ricos”, donde “los que descansan junto a la ventana (del dormitorio) se despiertan en una pequeña pila de nieve”, ya que estaban obligados a dormir con la ventana abierta independientemente del día del año. Un ejemplo más de que la realidad, en ocasiones, supera a la ficción y a El Internado: Las cumbres.