El rey Carlos III lideró ayer un servicio en recuerdo a los caídos en las dos Guerras Mundiales y otros conflictos celebrado en el Cenotafio, en el centro de Londres, en el que faltó la reina Camila pero en el que sí estuvo, entre otros miembros de la monarquía, la princesa de Gales. La reina no pudo participar en el acto conmemorativo pues se recupera, siguiendo directrices médicas, de una infección en el pecho que el pasado día 5 le obligó a cancelar toda su agenda pública.

En cambio, sí estuvieron en el acto otros miembros de la realeza, como el príncipe de Gales, Guillermo, y su esposa Catalina.

El servicio Nacional del llamado Domingo de Recuerdo (o Día de la Amapola) celebrado el lado del Cenotafio, monumento conmemorativo ubicado en la avenida de Whitehall, donde se encuentran las oficinas gubernamentales, empezó con los asistentes marcando dos minutos de silencio.

Carlos III depositó la primera guirnalda en nombre de todo el país ante el Cenotafio, seguido del príncipe Guillermo, heredero al trono británico, la princesa Ana, el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer y la nueva líder del opositor Partido Conservador, Kemi Badenoch.

La avenida londinense se llenó de veteranos de guerra, algunos en sillas de ruedas y otros acompañados de sus mascotas, que marcharon al lado del monumento en un acto organizado por la Legión Británica.

Para la princesa de Gales se trató de la gran primera aparición formal desde que terminara su tratamiento de quimioterapia para tratar un cáncer no especificado. El 10 de octubre Catalina también se desplazó hasta Southport junto a Guillermo para reunirse con las familias de tres niñas asesinadas el pasado julio, en su primera aparición oficial conjunta desde que anunciase el fin de la quimioterapia.