La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) considera que la situación en Haití, y especialmente en su capital Puerto Príncipe, sigue siendo “tensa y volátil” en un momento en el que el país sigue hundiéndose en una espiral de violencia causada por la actividad de bandas criminales.

Estas bandas continúan realizando ataques contra colegios, hospitales y edificios gubernamentales, lo que les han obligado a interrumpir sus actividades, según un comunicado de la OCHA. De hecho, la violencia ha provocado que el sector sanitario sufra una gran falta de suministros médicos, de personal sanitario y de sangre, lo que no ha impedido que el hospital Bernard Mevs de Puerto Príncipe haya logrado reanudar gradualmente sus actividades, en parte gracias al apoyo de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud a la hora de suministrar medicamentos y equipos médicos.

Además, el pasado domingo la compañía pública de electricidad informó de que varias subestaciones eléctricas del área metropolitana de la capital fueron destruidas, dejando a numerosas zonas sin energía.

La nueva ola de violencia que vive Haití se cebó con los aeropuertos en un momento en el que el jefe de Gobierno, Ariel Henry, se encontraba de visita oficial a Kenia. Uno de los grandes líderes criminales del país, Jimmy Chérizier, Barbecue, lanzó un órdago al primer ministro, a quien amenazó con sumir al país en una “guerra civil” si no presentaba su dimisión en medio de un escenario de caos absoluto dado el dominio de las bandas sobre Puerto Príncipe y alrededores, consolidado tras el magnicidio en 2021 del presidente Jovenel Moise.

La semana pasada, Henry presentó su dimisión a medida que aumentaba la violencia en el país e informó de que su Gobierno se mantendría hasta la instalación de un nuevo Consejo Presidencial de Transición.