El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, arengó ayer personalmente a la tropa en el este de Ucrania, donde la contraofensiva rusa ha puesto contra las cuerdas al ejército ucraniano, que admite abiertamente que la falta de munición presenta un panorama poco halagüeño para el invierno. “Los combatientes en la zona de Kúpiansk protegen la vida en paz de los ucranianos, de la gente de la región de Járkiv (...) Defended cada pueblo, cada metro cuadrado de nuestra tierra”, dijo Zelenski en el encuentro con los defensores de ese sector del frente.

Zelenski está en medio de una gira en la que intenta levantar el ánimo de las tropas y tranquilizar a la población del este y sur de Ucrania, al tiempo que la Presidencia rechaza supuestas discrepancias con el jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhni. Aunque los proyectiles de la Unión Europea no llegarán en marzo y la OTAN admite que los cazas F-16 no serán una “bala de plata” que garantice la victoria sobre Rusia, Estados Unidos niega la existencia de “fatiga” entre los aliados y confía en que el Congreso apruebe “en las próximas semanas” el nuevo paquete de ayuda militar para Kiev.

“Os deseo la victoria, sed fuertes y no perdáis la iniciativa”, afirmó Zelenski desde uno de los lugares más calientes de todo el frente, aparte de la sangrienta batalla por el control de Avdivka (Donetsk).

Kúpiansk es un importante nudo ferroviario que fue recuperado por Kiev en septiembre de 2022, meses después de que hubiera caído al principio de la guerra en manos de Rusia, que intenta desde hace meses reconquistarla sin escatimar ni hombres ni equipos.

En las últimas 24 horas, el Ejército ucraniano repelió siete ataques rusos en esta zona del frente, según el parte del Estado Mayor en Kiev, mientras el Ministerio de Defensa ruso también dijo en su informe diario haber rechazado dos intentonas enemigas en ese sector.