Los efectivos militares y servicios de seguridad de Rusia lograron frenar una guerra civil durante la rebelión armada de 24 horas del grupo de mercenarios rusos Wagner, declaró hoy el presidente ruso, Vladímir Putin.

"Ustedes protegieron el orden constitucional, la vida, la seguridad y la libertad de nuestros ciudadanos, salvaron nuestro país de conmociones, detuvieron una guerra civil", afirmó durante un acto en la plaza de las Catedrales del Kremlin con representantes de las agencias de seguridad y de Defensa de Rusia que participaron en el operativo antiterrorista el fin de semana.

Sin información sobre Prigozhin

Las autoridades de Rusia han descartado este martes tener información sobre el paradero del líder del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, tras el levantamiento registrado el fin de semana y han asegurado que la rebelión armada "no ha debilitado" la postura de Moscú en el marco de la invasión de Ucrania.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha reiterado que el acuerdo alcanzado entre las partes permite a Prigozhin trasladarse a Bielorrusia, mientras que los miembros del Grupo Wagner tienen la posibilidad de sumarse al Ejército ruso o viajar también a territorio bielorruso.

No obstante, ha indicado que desconoce cuántos mercenarios están dispuestos por el momento a firmar contratos con el Ministerio de Defensa de Rusia tras el pacto, según informaciones de la agencia de noticias Interfax.

Levantamiento y consecuencias

El Kremlin ha hecho hincapié en que lo sucedido el fin de semana "no pone en peligro la postura de las autoridades rusas" a pesar de los comentarios realizados por diversos analistas, que apuntan a que el propio Putin se habría visto afectado por el levantamiento.

"No coincidimos con estos análisis. (...) Estas informaciones han sido difundidas por medios de comunicación históricos y a través de Internet", ha dicho Peskov, que ha matizado que "no tiene nada que ver con la realidad". "Estos actos solo muestran lo consolidada que está la sociedad en torno al presidente", ha añadido.