El primer ministro en funciones iraquí, Mustafa al Kazemi, convocó hoy a todas las fuerzas políticas del país a un "diálogo nacional", que tendrá lugar mañana miércoles, con el objetivo de resolver la parálisis institucional que arrastra Irak desde hace 10 meses, así como la tensión entre distintas formaciones.

En un comunicado, Al Kazemi llamó a los partidos a mantener una reunión el miércoles en el Palacio Presidencial de Bagdad para "encontrar soluciones" a la crisis actual y "calmar la escalada" de tensión entre las dos principales fuerzas chiíes de Irak, que han convocado varias manifestaciones multitudinarias en las últimas semanas.

Así, el primer ministro hizo referencia de manera velada a las distintas movilizaciones que han sacudido el país recientemente, como la acampada en el Parlamento por parte de los seguidores del clérigo chií Muqtada al Sadr, o las marchas y la sentada en el centro de Bagdad de los partidarios de la alianza de partidos proiraníes Marco de Coordinación.

Por eso, urgió "a todas las partes que detengan la escalada en las calles y en los medios, para dar suficiente espacio a las propuestas moderadas, que deberán ser discutidas en el diálogo nacional".

Precisamente, hoy Al Sadr anunció la suspensión de una manifestación multitudinaria que había convocado para el sábado, calificada por sus portavoces como "la mayor de la historia de Irak", puesto que quería concentrar a todos sus seguidores esparcidos por el país en Bagdad.

"Si estáis apostando por una guerra civil, yo apuesto por preservar la seguridad civil, porque la sangre iraquí es cara, más cara que cualquier otra cosa", declaró el clérigo en un comunicado dirigido a su némesis, el Marco de Coordinación, que también ha organizado marchas para contrarrestar las de Al Sadr.

Las fuerzas políticas de Irak han sido incapaces de nombrar a un nuevo presidente y de formar un Gobierno desde las elecciones del pasado octubre, en parte por el bloqueo del Marco de Coordinación a las propuestas de Al Sadr, que salió vencedor de los comicios con 73 de los 329 escaños del Legislativo.

El clérigo retiró a sus diputados de la Cámara por el boicot, aunque siguió presionando en las calles, algo que desembocó en el asalto al Parlamento del 30 de julio pasado y que intensificó la crisis política y social en Irak.