La ONU alertó este martes de los importantes avances que el Estado Islámico (EI) está registrando en varios países, especialmente en África, pese a que el grupo yihadista ha perdido este año a numerosos líderes en operaciones antiterroristas.

Vladímir Voronkov, el jefe de la oficina contra el terrorismo de la organización, presentó al Consejo de Seguridad un informe sobre la situación del grupo también conocido como Daesh por su acrónimo árabe y aseguró que, a pesar de sus "derrotas territoriales" y "pérdidas de liderazgo", sigue suponiendo un importante problema global.

El pasado febrero, el hasta entonces líder del EI, Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, murió en una operación estadounidense en Siria y varios comandantes del grupo han sido abatidos o capturados en los últimos meses en varios países.

Sin embargo, según el informe, durante el primer semestre de 2022 la amenaza que plantean el EI y sus aliados "siguió aumentando", en línea con lo que se ha visto durante los dos últimos años.

Según dijo hoy Voronkov, la "estructura descentralizada" de Daesh le ha permitido continuar operando con cierta normalidad, seguir organizando ataques y obtener financiación.

A pesar de su derrota militar en Siria e Irak, se calcula que el grupo sigue teniendo a entre 6.000 y 10.000 combatientes entre esos dos países y que puede moverlos con relativa facilidad a través de la frontera.

Ahora preocupa especialmente el avance del grupo en varias zonas de África, especialmente en el oeste del continente y la región del Sahel, pero también en países como Uganda, Mozambique y en varios Estados litorales del golfo de Guinea, que hasta hace poco no habían visto presencia de terroristas del EI.

El otro gran foco de atención está en Afganistán, donde la presencia de la filial del Daesh en ese país se ha expandido en el este y noreste del territorio desde que los talibanes tomaron el poder, a pesar de que el número de ataques se ha reducido.

Una de las cuestiones que preocupa a Naciones Unidas es el creciente uso de sistemas aéreos no tripulados o drones por parte de los terroristas, lo que les permite localizar y atacar objetivos con un alto grado de precisión.

Según la ONU, el EI usa empresas pantalla para adquirir estos equipos y adaptarlos luego a un uso ofensivo y, al menos en algunos casos, habría montado los drones a partir de piezas de repuesto con el fin de no levantar sospechas.