Si uno piensa en una bicicleta electrificada, lo más probable es que se piense en modelos urbanos con asistencia al pedaleo que permite desplazamientos con mucha comodidad, ya sea tanto al usuario particular como a muchos repartidores de todo tipo que le dan un uso más profesional. O bien la gente imagina esas mountain bikes que, gracias al impulso de la electricidad pueden desplazarse por terrenos ascendentes muy complicados. Como es lógico y también por cuestiones legales, uno no se imagina una bicicleta desplazándose por una autopista. Sin embargo, este llamativo modelo puede hacer replantear muchas cosas.

Se llama Stealth B-52, un nombre con clara inspiración del mundo de la aeronáutica y que seguro que te suena, porque la primera vez que se presentó fue en 2015… y ya en aquel momento, los probadores expertos ‘de la época’ la definieron como una bici de montaña ‘con esteroides’, debido a sus impresionantes prestaciones. 

La Stealth B-52 tiene una enorme potencia, suministrada por un poderoso motor de 5.200W. Cedida

De hecho, estaba un escalón por encima de las bicis tradicionales por un hecho muy significativo: su enorme potencia, suministrada por un poderoso motor de 5.200W integrado en el propio buje de la rueda posterior. A diferencia de su ‘hermana’, la H-52, la B-52 mantenía sus pedales, la cadena y el cambio de seis velocidades, para que la persona a los mandos mantuviese todo el control y disfrutar al completo de toda la ‘experiencia’.

Ahora, el  fabricante australiano presenta, casi una década después, una versión actualizada… y tan espectacular como siempre. De hecho, la potencia se ha incrementado hasta llegar a unos increíbles 6.200W y 11 CV, frente a los seis de su predecesora. Para hacerse una idea, teniendo en cuenta su peso de 64 kg (mucho menos que una moto de cross convencional y con un centro de gravedad muy bajo), hablaríamos de una relación peso potencia similar a la que tendría un Seat Ibiza con más de 200 CV; lo mismo ha sucedido con la cifra de par o empuje, que escala de 120 a 230 Nm. 

Según John Karambalis, fundador de Stealth Bikes, ya hay propietarios que aseguran haber superado los 100 km/h (aunque, en teoría, la velocidad declarada por el fabricante es de 80 km/h), por lo que ‘no desentonaría’ en una autopista (aunque esté prohibido su uso). Ante la duda de si eso puede afectar a la manejabilidad del vehículo, Karambalis respondía con cierta ironía, asegurando que la dirección se veía comprometida ante tal empuje “porque la rueda delantera casi nunca toca el suelo”.

En todo caso, la nueva versión de la B-52 no solo es más potente y rápida, sino que también es más silenciosa, ya que el motor apenas emite 40 db, lo que equivale al sonido que genera una nevera (algo que concuerda bien con el apellido ‘Steath’ -furtivo- de su nombre). ¿Y cuánto dura la diversión? Eso está relacionado con la batería, que tiene una capacidad de 2,5 kWh… lo cual es mucho, si tenemos en cuenta que la de algunos coches híbridos auto-recargables de Toyota están en torno a 1,5 kWh. Pues bien, la horquilla que facilita la marca es amplia, pues dice que el alcance es de entre 30 y más de 100 kilómetros; dependerá, como es lógico, del nivel de asistencia al pedaleo que se seleccione entre los tres disponibles: eco, sport y competition. Como referencia, se facilita el dato de que si se rueda a una velocidad de crucero de 45 km/h, la autonomía sería de 60 km. En cuanto a plazo de recarga, la cifra es de tres horas en cualquier enchufe doméstico.

El motor apenas emite 40 db, lo que equivale al sonido que genera una nevera. Cedida

Sin embargo, más allá de lo rápida que sea o lo lejos que pueda llegar con una carga, lo que muchos se preguntarán es si el resto del vehículo está preparado para asumir tal nivel de prestaciones. Para empezar, cuenta con un cambio de marchas electromecánico muy robusto, con seis velocidades (incluida una marcha ultra-corta, ideal para superar obstáculos muy pronunciados… y también una muy larga para seguir pedaleando más allá de los 80 km/h) y garantizado de por vida; el manejo de esta transmisión H-Box es tan sencillo como pulsar un botón.

En cuanto a la parte del bastidor, se recurre a un robusto cuadro monocasco elaborado en cromoly (que es una aleación compuesta principalmente de cromo y molibdeno, menos costosa que el carbono, pero con excelentes niveles de resistencia y durabilidad). Junto con el basculante conforman el auténtico esqueleto de esta bici, proporcionando una gran protección a todos los elementos que van situados en su parte interior. Además, se le ha dotado de una protección para mantener a salvo la bici del polvo, los rayones… Al igual que el cambio, tanto bastidor como basculante están garantizados de por vida.

Cuenta con un cambio de marchas electromecánico muy robusto, con seis velocidades. Cedida

Por lo que se refiere a la suspensión, en la parte delantera cuenta con una horquilla invertida con 180 mm de recorrido y en la parte trasera hay un amortiguador con muelles de alta resistencia que permiten un movimiento de hasta 200 mm. Es ideal para afrontar todo tipo de irregularidades y acometer fuertes bajadas, al igual que los frenos con discos de nada menos que 250 mm (es otro punto donde el modelo ha mejorado respecto a su antecesor, que se quedada en 203 mm) ‘mordidos’ por pinzas de cuatro pistones que han sido fabricadas en Italia. Como curiosidad, la B-52 dispone de frenada regenerativa, integrada en la maneta del lado izquierdo del manillar y que ayuda a recargar la batería en descensos pronunciados. 

Como te puedes imaginar, una bicicleta de este nivel de prestaciones y calidad no es precisamente barata. De hecho, su precio es de 12.800 dólares australianos que, al cambio, son casi 8.000 euros. Y eso que en el precio no están incluidos los distintos accesorios para mejorar y personalizar esta montura. Por ejemplo, entre los más prácticos figura un kit de guardabarros delantero (103 euros) y trasero (73 euros), un protector para la zona de la batería (61 euros), un portamatrículas (52 euros)… 

En la parte delantera cuenta con una horquilla invertida con 180 mm de recorrido y en la parte trasera hay un amortiguador con muelles de alta resistencia que permiten un movimiento de hasta 200 mm. Cedida

Como siempre, hay alternativas

En el mercado de las mountain bike de alta gama puedes encontrar otras opciones a la Stealth B-52. En los últimos tiempos, además, proceden de China y básicamente son la Sur-Ron Light Bee y la Talaria Sting.

La Sur-Ron Light Bee X es un ‘híbrido’ entre bicicleta de montaña y motocicleta, pensada para quienes buscan adrenalina en terrenos off-road. Equipada con un motor de hasta 8.000W, alcanza velocidades de 80 km/h y ofrece una autonomía de hasta 80 km por carga. Su peso ajustado de 50 kg, la batería Panasonic extraíble y una suspensión avanzada la hacen ideal para todo tipo de saltos. Su precio ronda los 5.300€, de tal forma que es una seria alternativa, teniendo en cuenta sus características técnicas.

Te puede interesar:

Por otro lado, la Talaria Sting Pro TL5500 se presenta como otra competidora directa, con un diseño robusto y llamativo. Su motor central PMSM entrega hasta 8.000W de potencia máxima, con una batería que permite una autonomía superior a 100 km. Con un peso de 68 kg, suspensiones de largo recorrido y modos de conducción eco y sport, está pensada para un uso mixto entre ciudad y montaña. Su precio se sitúa en torno a los 5.500€, similar a su compatriota y por debajo de la Stealth.