Vatios con encanto

Más grande y práctico que el Cooper, aunque no tanto como el Contryman, el Aceman se convierte en la nueva propuesta formal de Mini. La singular estampa no es lo único que distingue a esta creación de las demás de la familia. La marca ha resuelto que solamente emplee impulsión eléctrica, decisión loable desde el punto de vista de la reducción de huella de carbono, pero que estrecha el horizonte comercial del modelo. El Aceman está disponible en tres declinaciones motrices: E de 184 CV, SE de 218 y John Cooper Works con 258 CV. La primera recurre a batería de 43 kWh y las otras confían en una con 54. La autonomía máxima oscila entre 309 y 405 km, lo que convierte al modelo en un eléctrico de alcance medio. Mini lo oferta desde 31.555 € en adelante.

El recién llegado se distingue por su silueta, que estiliza la figura del hermano compacto estirando 22 centímetros la eslora. Mide 4,07 metros de largo, 1,75 de ancho y 1,50 de alto; distancia sus ejes 2,60 m, 7,4 cm más que el Cooper a batería. El nuevo envase de cinco puertas obtiene así un plus de versatilidad que puede resultar interesante para parte de la clientela potencial, siempre que la motorización a batería no sea un impedimento insalvable. El Aceman no compite con el Countryman, mucho más corpulento -mide 37 cm más de largo- y capaz.

No obstante, la nueva creación aprovecha el estirón para acomodar a bordo a cuatro adultos con algo de equipaje. Las plazas delanteras son amplias y confortables; las posteriores resultan también bastante holgadas, si bien se accede a ellas mediante unas puertas algo pequeñas y con poco ángulo de apertura. El maletero también sale beneficiado de la mayor eslora y ofrece 300 litros útiles, 90 más que el Cooper, pero lejos de los 450 que proporciona el crossover hermano.

La minimalista concepción interior recuerda mucho la del Cooper. Concentra toda la instrumentación en la pantalla circular de 9,4 pulgadas, seña de identidad de la casa, que preside la cabina desde el centro del salpicadero. Por medio de este elemento, cuyo uso requiere un periodo de adaptación, se gestionan buena parte de las constantes vitales del coche (ordenador, navegador, climatización, equipo de comunicación, sistema multimedia…).  

Eléctrico de onda media

Las prestaciones del Mini Aceman se escalonan, como es lógico, en función de la potencia disponible en cada versión. La capacidad de aceleración progresa de una motorización a otra; pasa de los 7,9 segundos de la inicial (184 CV) a los 7,1 de la intermedia (218 CV), mientras que la de temperamento algo más deportivo (258 CV) acorta a 6,4 segundos la espera hasta ver 100 km/h en el velocímetro. La máxima velocidad del Aceman E es 160 km/h, el SE la aumenta hasta 170 y el John Cooper Works eleva el registro hasta los 200 km/h. Todos llevan un único motor y remiten su energía a las ruedas delanteras con ayuda de una transmisión automática.

Como en todos los eléctricos, apurar las prestaciones es incompatible con llegar lejos. Con una conducción adecuada, el Aceman permite acercarse a los registros de homologación, que vaticinan autonomías de hasta 309 km en la variante menos solvente, provista de una batería con 38,5 kWh útiles; la SE, que comparte acumulador de 49,2 kWh con la superior, promete recorridos de 405 con una carga completa; el alcance del JCW no pasa de 355 km. En consecuencia, el Aceman parece un modelo más idóneo para desplazamientos de corta y media distancia que para largos viajes; los puede afrontar perfectamente sin prisas y con un poco de planificación de los repostajes.        

La recarga de la batería se puede efectuar en tomas de corriente alterna hasta 11 kW; la operación requiere cuatro horas y cuarto en el Aceman E y cinco y media en los demás. En una instalación de corriente continua de hasta 75 kW el E tiene que esperar 29 minutos para completar el 80%; el SE y el JCW, que admiten hasta 95 kW, precisan 31 minutos.