La oferta motriz del Clio plasma la voluntad de Renault de contentar a todo tipo de clientela. La marca demuestra tener visión de futuro al implementar motorizaciones electrificadas. También hace gala de una perspicaz visión del negocio, al mantener en cartera propulsores térmicos, entre los cuales figura una propuesta diésel. Alega que el denostado gasóleo continúa siendo una opción demandada, sensata para un determinado tipo de público, y con unas secuelas medioambientales moderadas.

Aunque la candidatura del motor Blue dCi de 100 caballos cuente en las ventas del Clio, va a gozar de un protagonismo muy inferior al que disfrutará el propulsor E-TECH Full Hybrid. Es probable que esta última evolución de la compleja y avanzada tecnología de impulsión mixta también eclipse a las otras dos soluciones motrices propuestas por el compacto. Son unidades TCe a gasolina, una de 90 CV y otra con 100 compatible con GLP (ostenta etiqueta Eco). Menos complejas y costosas, estas tres versiones de combustión sumarán más adhesiones que la electrificada.

La alternativa con hibridación quizá no sea la más solicitada al principio, pero va un par de cursos por delante en materia de tecnología. El sistema E-TECH Full Hybrid reacondiciona y perfecciona el singular sistema que vienen compartiendo el Clio y el Captur. Funciona combinando el esfuerzo de un motor atmosférico de gasolina, un cuatro cilindros de 1.6 litros que ahora entrega 94 CV en vez de 90, y dos bloques eléctricos, uno de 50 CV y otro de 24 (gana un par de caballos).

La unidad eléctrica más potente se encarga de arrancar el Clio y de hacerlo avanzar. En el momento en el que la demanda de energía así lo requiere, el segundo bloque eléctrico ‘despierta’ al motor de gasolina en busca de un apoyo adicional. El sistema, que entrega 145 CV, se completa con una batería de 1,2 kWh y con una sofisticada caja de cambios automática, con cuatro relaciones para el motor de combustión y dos para el eléctrico principal.

La aportación práctica del sistema E-TECH Full Hybrid consiste en brindar la posibilidad de cubrir buena parte de los desplazamientos en modo eléctrico, es decir, sin intervención del motor de gasolina. Esa cualidad se plasma especialmente en los recorridos urbanos, habitualmente a velocidad reducida y sin apenas emisiones de dióxido de carbono.