“El mercado electrificado no avanza en España”. Lo constatan los constructores de automóviles a través de su asociación Anfac. La demanda real de este tipo de modelos sostenibles está muy lejos de las expectativas, las suyas y las del gobierno. Progresa lentamente, a un ritmo inferior al del resto de Europa, por lo que se antoja imposible cumplir con los compromisos de descarbonización fijados para 2030.

Anfac detecta un paulatino enfriamiento en la clientela potencial de vehículos electrificados. En el primer semestre se matricularon 38.124 turismos así. Suponen el 31,8% de las 120.000 unidades que estimaba necesarias en 2022 para lograr los objetivos reflejados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima de cara a 2030.

El público no adquiere tantos eléctricos como los fabricantes y las autoridades consideran necesario, pero tampoco se cumplen las previsiones iniciales en el desarrollo de las infraestructuras de recarga. La red hispana de acceso público cuenta con 15.772 puntos de reabastecimiento operativos, todavía lejos de los 45.000 que Anfac considera necesarios en 2022 para cumplir los requisitos medioambientales pretendidos antes de ocho años. Señala que para entonces deberían funcionar 340.000.

La asociación de fabricantes de automóviles celebra el aumento del número de puntos de repostaje, aunque destaca que “la mayoría de los públicos son de carga lenta (potencias iguales o inferiores a 22kW), lo que representa el 83% del total de los puntos de recarga de acceso público actualmente. Tan solo el 17% de la infraestructura de recarga de acceso público en España corresponde a potencia superior a 22 kW, aunque cabe destacar que durante el primer semestre del año cerca de la mitad de los puntos de recarga que se han instalado en la red pública son de potencia superior a 22 kW”.