Síguenos en redes sociales:

Marc Márquez ya acaricia el título de MotoGP

La redención dominical con victoria tras un magnífico duelo con Bezzecchi le deja en condición de poder ser campeón en la próxima cita de Japón

Marc Márquez ya acaricia el título de MotoGPEFE

“Para mí lo fácil sería hacer podios, pero ya sabéis que no soy así”. Marc Márquez justificó de este modo su caída en la cita al esprint del Gran Premio de San Marino. Es la clase de persona que salta de la trinchera cuando silban las balas. Un espíritu aguerrido, osado. Sin temor y temible. Un tipo que arriesga, que se entrega en cuerpo y alma al motociclismo. Un piloto capaz de volar. Aunque carnal al fin y al cabo. “Somos humanos y a veces se cometen errores”. Resulta curioso ver cómo considera necesario dar explicaciones para quienes le toman por extraterrestre.

La carrera dominical se presentaba como una revancha al todo o nada. Victoria o caída, sin temor pese a haber mamado de la desdicha. Sin medianías, porque es fiel a sus principios, a la filosofía que le ha conducido hasta donde está, inmerso en plena escalada hacia la cúspide de la historia. También porque su ventaja en el campeonato, ahora sí, le permite asumir mayores riesgos. Y además el escenario era territorio rossista, con el estímulo que ello implica por aquello de las viejas rencillas.

El domingo tuvo ciertas similitudes con el sábado, pero en esta ocasión logró consumar la remontada. Marc completó una precisa salida. Lo habitual en él. Saltó de la cuarta pintura para atacar la primera curva en segunda posición. Seguido exprimió la juventud de sus neumáticos. Se solapó sofocante al poleman Marco Bezzecchi. Al ver que el italiano no flaqueaba, se tomó un respiro. Marc inició una fase analítica. Midió el comportamiento de la Aprilia a la vez que adquiría confianza. Bezzecchi perdió además un apéndice aerodinámico de su moto; aunque no fue nada que mermara su ritmo.

En la duodécima vuelta de las 27 programadas, Bezzecchi se convirtió en víctima de la asfixiante propuesta de Marc, que rodaba como un perro de presa. El piloto de Rimini se coló en la curva 8 y cedió; Marc no tuvo que forzar para asaltar el liderato. Vía libre.

Sin embargo, los fantasmas del sábado revivieron en Marc. Estaba ante la misma situación previa a la caída. En el esprint, una vez alcanzada la cabeza, trató de forzar para fugarse en solitario, pero esta vez se reprimió. No se cebó con el acelerador. Eso permitió a Bezzecchi permanecer a rebufo de la Ducati. Detrás, a más de un segundo, aparecía Álex Márquez, que necesitaría catalejos para ver al dúo de delante cuando estos decidieron apostarlo todo a la victoria. El menor de los hermanos terminó a 7 segundos del ganador. El cuarto clasificado, Franco Morbidelli, aparcó a 10 segundos. Diferencias abismales en MotoGP.

Dos pilotos entregados a la causa

Marc y Bezzecchi iniciaron una prueba de saltos. Fueron elevando el listón. La búsqueda de límites provocó que ambos fueran apercibidos de sanción por rebasar los límites de la pista. Bezzecchi se aferro con uñas y dientes al colín de Marc. Intercambiaron vueltas rápidas. Bailaron con el peligro. Danza a pecho descubierto. Una situación crítica. La resistencia del italiano terminó a dos giros del final. Marc tuvo que exigirse como pocas veces este año. “Lo he dado todo, todo lo que tenía. El error de ayer me ha dado energía extra”. Vive sediento. Se subió al podio descalzo, sin las botas que oprimían sus venas palpitantes; incluso se desprendió del mono para darle la vuelta, alzarlo y mostrar su nombre cosido al cuero al público italiano que abucheaba rabioso su nueva gesta. Desfondado. Pletórico por su redención. Parecía el Joker, con sonrisa pronunciada, cobrando venganza.  

“Quizá haya sido la mejor carrera de mi vida”, confesó Bezzecchi, piloto de la Academia de Rossi que se batió el cobre con el archienemigo de su mentor. “He sido competitivo con el más rápido. Estoy destrozado; he tratado de brindar el mejor espectáculo”, precisó satisfecho. De algún modo, murió con las botas puestas. Tutear a Marc no es baladí.

En el próximo escenario de Japón, Marc tendrá su primera oportunidad de convertirse en nonacampeón. Necesitará sumar a lo largo del fin de semana tres puntos más que su hermano para proclamarse cuando aún restarían cinco carreras para cerrar el curso. Acaricia la corona.

Pedro Acosta abandonó cuando rodaba quinto al sufrir una rotura de cadena, el mismo problema que presentó KTM el viernes y el sábado. Francesco Bagnaia sufrió una caída marchando séptimo, demostrando que su pozo sigue albergando profundidad. También fueron al suelo Enea Bastianini, Álex Rins, Maverick Viñales, Ai Ogura y Joan Mir. Por otro lado, Jorge Martín liquidó la prueba en la decimotercera plaza; tuvo que partir completar dos long lap penalty por no poder completar la vuelta de reconocimiento. El campeón permanece en proceso de adaptación.