Explicaba el subcampeón del mundo, Jorge Martín, que podía gozar de cierta ventaja en el primer tramo del campeonato respecto al vigente campeón, Francesco Bagnaia. Ambos corren con una Ducati, pero el madrileño posee la versión antigua, lo que facilita la puesta a punto, mientras que la última versión del turinés permanece en proceso de perfeccionamiento. La pole y la victoria en la carrera al esprint en el estreno del Campeonato del Mundo de MotoGP respaldaban la teoría de Martín. Pero en la carrera dominical del Gran Premio de Catar la predicción se hizo añicos. Bagnaia obtuvo una victoria inapelable para despejar cualquier duda que podía haber sembrado el día anterior, donde terminó en cuarta posición. El campeón está aquí, presente, indomable. Brad Binder y Martín, que completaron el podio con el segundo y el tercer puesto, respectivamente, solo pudieron ver el colín de la Ducati oficial, que ya mete miedo.

De nuevo, la Ducati se presenta como la máquina a batir. Seis de los siete primeros clasificados –Bagnaia, Binder, Martín, Marc Márquez, Bastianini, Álex Márquez y Di Giannantonio– montaron la bondades de la moto de Borgo Panigale. La excepción fue Binder, con una KTM que lucía en la recta de meta con una velocidad punta envidiable. La primera Aprilia fue la de Aleix Espargaró, que terminó octavo con sensación de decepción tras ser segundo en el esprint. Yamaha alcanzó con Fabio Quartararo la undécima plaza y Honda terminó duodécima con Johann Zarco, integrado además en un equipo satélite. Estas dos últimas marcas continúan sin soluciones. Las fábricas europeas han hundido a las japonesas, que están muy lejos de la zona noble de la clasificación.

Bajo la noche de Losail se confirmó que Marc Márquez ya es competitivo con la moto del equipo Gresini, aunque adoleció de falta de velocidad, su talón de Aquiles. Terminó en cuarta posición, mejorando así el quinto puesto del sábado. Si bien, en ningún momento dio la impresión de poder luchar por el podio, aunque fue inteligente buscando rodar, conocer la moto, evitar una caída que le devuelva al frustrante pasado y sumar, ya que la temporada es larga y ya llegarán momentos en los que se sienta plenamente adaptado a su Ducati, porque, como admitió, los vicios adquiridos con el pilotaje de la Honda siguen aún presentes. "Habría firmado esto", aseguró.

El octocampeón llegó a verse superado por Pedro Acosta. Impresionante irrupción del único debutante en la categoría reina. El murciano fue uno de los grandes protagonistas en Catar. Partió octavo y llegó a ocupar la cuarta plaza. Fue un espectáculo verle competir mezclando bravura con serenidad. Sin temor a los retos. Pero transcurrida media carrera empezó a cobrar la factura de la exigencia de MotoGP. Finalizó en el noveno lugar, entre las Aprilia de Espargaró y Maverick Viñales. Le falta mejorar el rendimiento en el paso por curva, lo que suplió con fuertes frenadas que castigaron sus neumáticos en un escenario de alta degradación.

Bagnaia se postulaba como el gran rival a batir y se confirmó en carrera. Ratificó su condición. El italiano arrancó quinto y en los primeros metros ya ocupaba la cabeza. Brillante, autoritario. La obsesión de Martín y Binder fue echarle el lazo. Rápido, además. Pero Pecco no se dejó atrapar. En tres vueltas se escapó a tres décimas y en nueve giros la diferencia ya era de un segundo, distancia que consideró suficiente para comenzar a gestionar la situación, sin concesiones, con cordura, con frialdad, dando una clase magistral sobre cómo eludir riesgos y no exigir demasiado a los calzos. Impecable. Por algo le apodan El Profesor. “Trabajamos en silencio. Ya sabíamos de nuestro potencial. Era importante cambiar algunas cosas para esta carrera. He gestionado diferente y ha salido perfecto”, celebró Bagnaia.

Además, Binder y Martín, orgullosos, comenzaron a repartirse adelantamientos que en nada favorecían a ninguno de los dos. Marc Márquez ejercía entonces como testigo privilegiado pero sin poder acceder al fragor de la batalla, con el gancho al cuello. Bagnaia se fugaba sin remedio, sin vuelta atrás. 

Sorprendió ver la satisfacción de Binder y de Martín al término de la prueba, ya que viendo la superioridad de Bagnaia aglutinaban motivos para estar preocupados. Sin embargo, fueron autocomplacientes si se tiene en cuenta el margen de puesta a punto que alberga la Ducati de Pecco. “Estoy súper contento con el resultado de hoy”, manifestó Binder, aunque con resignación, inclinado a la actuación de Bagnaia: “Pecco ha estado de órdago, no ha cometido ni un solo error en toda la carrera. Me quito el sombrero”. La duda es saber si la KTM rendirá igual en los distintos trazados y si el sudafricano será capaz de mostrarse consistente, porque si es así, será un hueso duro de roer. “Victoria en el esprint y tercero en carrera, estoy muy contento”, expresó por su parte Martín. El subcampeón no dio atisbos de frustración pese a ser el más rápido el viernes y el sábado. “He comenzado bien, pero pronto he comenzado a gestionar los neumáticos. Pecco iba muy rápido”, se limitó a decir el madrileño. Bagnaia comienza el Mundial como terminó el anterior, con victoria, lo que confirma que sigue siendo el piloto a batir