“Será la primera vez que tengamos aficionados y es fantástico”. Marc Márquez ha sido tajante este jueves ante los medios de comunicación en la rueda de prensa previa al Gran Premio de Catalunya. Tras más de un año sin escuchar el rugido de los motores, los seguidores de MotoGP volverán a las gradas de Montmeló, aunque con el aforo que marca la nueva normalidad. Un pequeño gran paso después de muchos meses con los circuitos desiertos.

El piloto de Cervera no parece encontrarse cómodo encima de la moto desde que los doctores le dieron el alta de su lesión en el húmero. Y este fin de semana tendrá la oportunidad de correr en casa ante un máximo de 24.000 espectadores, un 20% del total del aforo del trazado. Los asistentes podrán disfrutar de la emoción de las carreras divididos en grupos de 3.000 personas y en ocho sectores a lo largo del circuito, excluyendo la histórica pelouse y respetando la distancia mínima interpersonal.

Tras fracturarse el húmero derecho el año pasado en Jerez, Márquez no ha vuelto a ser el mismo. Después de verse obligado a pasar hasta tres veces por el quirófano, la recuperación del catalán se está haciendo más larga de lo esperado. Pudo regresar a la competición el pasado mes de abril en el gran premio de Portugal, pero el ocho veces campeón del mundo no ha tenido ocasión de mostrar su competitividad. “Tengo una nueva oportunidad para intentar dar un paso adelante y seguir avanzando. Sobre todo para saber si somos capaces de mejorar las sensaciones, porque el resultado no es algo que ahora mismo me preocupe demasiado”, ha destacado el referente de Honda, que en las cuatro carreras en las que ha participado esta temporada solo ha sumado 16 puntos, con dos abandonos tras acabar por los suelos.

Márquez ha reconocido que ha solicitado a sus ingenieros una moto más fácil de pilotar: “Le estoy pidiendo a Honda una moto que sea cómoda de pilotar y que se ajuste a todos los estilos. Están trabajando y haciendo todo lo posible, pero es lo que digo, que es una moto crítica que al final si te puede permitir ganar, pero para ganar en 2019 me caí veinte veces en entrenamientos y tienes que saber encontrar los límites, pero este año estamos trabajando todos los pilotos de manera conjunta, somos un equipo y estamos todos a bordo del mismo barco".

CAMBIO DE ESTILO

Consciente de la exigencia de correr en la categoría reina, el de Cervera ha reconido que no puede mantener el mismo estilo de conducción de antes de su grave lesión. "Sí que vi que podía dar muchas vueltas con una moto de calle, pero en cambio, con la MotoGP no podía dar muchas vueltas con mi estilo agresivo y ese es el tipo de cosas que se te olvidan cuando estas en casa. Estas motos son muy exigentes, son las mejores y estás con los mejores pilotos y al final necesitas estar al cien por cien para pensar en hacer algo positivo".

A la espera de ver una mejora en Marc Márquez, el que no ha perdido el tiempo es Fabio Quartararo que este fin de semana parte como gran favorito una vez más. Tras ganar el pasado domingo en Mugello con una amplia diferencia sobre sus adversarios, llega al circuito barcelonés como líder provisional del Mundial con 65 puntos, 24 más que Zarco. Además, el piloto de Yamaha parte con la ventaja de contar con los datos técnicos que le hicieron lograr la victoria en este mismo escenario la temporada pasada.