Primark, la conocida cadena irlandesa de moda ‘low cost’, ha dado un paso que ha generado más polémica que aplausos: desde el lunes 12 de mayo de 2025, todas sus tiendas han comenzado a cobrar por las bolsas de papel que anteriormente ofrecían de forma gratuita.
Aunque la medida busca alinearse con un compromiso medioambiental, el malestar de los consumidores ha sido evidente, sobre todo por la percepción de que se está cobrando por un producto de escasa calidad.
La medida: 0,15 euros por bolsa
Muchos clientes de Primark se enteraron del cambio a través de un vídeo que rápidamente se hizo viral en redes sociales. En concreto, fue una empleada de la compañía en el Reino Unido, Beth Clare, quien publicó en TikTok un breve clip grabado desde el interior de una tienda. En él, explicaba que, a partir del 12 de mayo, la cadena comenzaría a cobrar por sus bolsas de papel. El vídeo generó una rápida reacción entre los usuarios, y Primark también confirmó la medida a través de sus propias redes sociales.
Según ha explicado la compañía, esta medida responde a un enfoque sostenible: "Los estudios demuestran que cobrar por las bolsas de papel contribuye a reducir la cantidad de bolsas nuevas que utilizan los clientes", indicaron en un comunicado. Además, Primark invita a los consumidores a optar por bolsas reutilizables, como las que ya comercializa desde 1,30 euros.
Las reacciones en redes sociales
Si bien muchos clientes comprenden el trasfondo ecológico de la iniciativa, la gran mayoría ha expresado su descontento por otro motivo: la fragilidad de las bolsas. A través de redes sociales como TikTok, Instagram o X (antes Twitter), se han multiplicado los mensajes críticos hacia la decisión de Primark, argumentando que las bolsas apenas resisten una salida del establecimiento.
"¿Pagar por una bolsa que se desintegra en cuanto sales por la puerta? No, gracias, paso", comentaba una usuaria. Otro cliente se preguntaba con ironía: "¿Eso significa que cuando se rompan las asas, Primark me va a devolver el dinero?". Estas quejas no son nuevas: las bolsas de papel de la marca han sido objeto de críticas en el pasado por romperse fácilmente con el peso de las compras, especialmente en días de lluvia.
Impacto en uno de sus mercados clave
El Estado es uno de los mercados más relevantes para Primark. Desde su desembarco en Madrid en 2006, la marca ha abierto más de 60 tiendas. Solo en 2024, la compañía facturó más de 1.600 millones de euros en la península ibérica y continúa con planes de expansión, incluyendo nuevas aperturas como la prevista en Lugo.
Entre sus establecimientos más destacados se encuentra la tienda de la Gran Vía madrileña, la segunda más grande del mundo, y también la de Bilbao, ubicada en la céntrica Gran Vía de la capital vizcaina, que ha consolidado su presencia en el norte como una de las más concurridas de la zona.
Una práctica cada vez más común
El cobro por las bolsas, ya sean de plástico o de papel, se ha convertido en una práctica habitual en el comercio minorista en los últimos años. Grandes cadenas de alimentación, supermercados y tiendas de ropa han adoptado esta medida con el objetivo de reducir residuos y fomentar hábitos de consumo más sostenibles. En muchos casos, esta política responde también a normativas europeas y nacionales que promueven la eliminación del plástico de un solo uso y la reducción del desperdicio en general.
Sin embargo, cuando estas iniciativas no van acompañadas de alternativas de calidad o de una comunicación clara, pueden generar rechazo entre los consumidores. En el caso de Primark, la polémica pone de manifiesto la tensión entre sostenibilidad y experiencia de cliente, un equilibrio que las marcas deberán seguir gestionando con especial atención en un contexto donde cada pequeño cambio puede desencadenar una gran reacción pública.