El farmacéutico cuenta que tiene un perro “precioso y maravilloso” que solía descansar sobre una alfombra bajo la mesa. Sin embargo, tras retirarla porque “por mucho que la limpiara siempre estaba llena de pelos”, el animal decidió instalarse en la cama. “Que no, que no, que no te hagas el dormido, chaval”, bromea mientras lo muestra en el vídeo. Su recomendación es clara: “No dejéis que el perro se suba a la cama. Puede ser adorable, pero no debería hacerlo”.
Un problema de higiene
Aunque bañemos y cepillemos al perro con frecuencia, su pelo y sus patas acumulan polvo, bacterias, ácaros y restos del exterior. Todo eso termina en las sábanas o la ropa, convirtiendo la cama en un foco de microorganismos. “Pensad en dónde se mete y en lo que pisa”, advierte el farmacéutico, recordando que incluso con una limpieza constante es imposible mantenerlo completamente libre de gérmenes.
Además de la suciedad visible, los expertos alertan de que los animales pueden transportar pulgas, garrapatas o incluso lombrices, que se transmiten fácilmente al compartir los mismos espacios. Esto puede suponer un riesgo, sobre todo para niños o personas inmunodeprimidas.
Por otro lado, si en casa hay alguien con alergias, asma o piel sensible, dormir junto al perro puede agravar los síntomas respiratorios o cutáneos, incluso si el animal parece limpio. Los alérgenos se acumulan en el ambiente y son difíciles de eliminar.
El mensaje de @farmaceuticofernandez afirma que no se trata de querer menos a tu mascota, sino de cuidar mejor de todos en casa. Mantener el dormitorio libre de animales no implica dejar de darles cariño, sino respetar espacios y reducir riesgos.
Cada vez más unidos
En el Estado, los perros se han convertido en un miembro más de la familia. Se estima que hay alrededor de 9,3 millones de perros registrados, una cifra que sitúa al país entre los de mayor población canina de Europa. Según los últimos estudios del sector, cuatro de cada diez hogares españoles conviven con al menos una mascota, y la mayoría de ellas son perros. Esta presencia creciente refleja no solo un cambio cultural, sino también una mayor concienciación sobre el bienestar animal y la compañía emocional que ofrecen. Además, el aumento de perros en los hogares ha impulsado el mercado de productos, servicios veterinarios y alimentación especializada, generando un sector económico en expansión que mueve miles de millones de euros cada año.
Todo apunta a que la tendencia seguirá creciendo, con más familias que eligen compartir su día a día con un compañero de cuatro patas.