Uno de los temas más debatidos entre los que tienes mascotas como perros o gatos, y en el que también intervienen quienes no lo tienen, es el permitir que el animal comparta cama con nosotros.

Al margen de motivos sentimentales o de compañía, de mantener un contacto que todos gusta y que estrecha la convivencia, los principales argumentos se centran en si es saludable o no, a las dudas sobre higiene que se suscitan. También se habla de que se pueden producir alteraciones en los patrones y en la calidad de sueño tanto en humanos como en los animales.

El contacto físico al dormir juntos tranquiliza tanto al humano como al animal. Freepik

En lo relativo a esto último, los estudios no son concluyentes. De hecho, la Clínica Mayo ha hecho varios estudios al respecto, pero si bien muestra una tendencia a que la calidad del sueño empeorara algo, debido a que se levantaban varias veces por la noche o que las posturas del animal les despertaban o eran molestados por los ronquidos, la eficiencia del sueño conseguido era del 80% para las personas que dormían con las mascotas en la cama frente al 83% de eficiencia que conseguían aquellos que solo compartían habitación.

Teniendo en cuenta que los expertos hablan de eficiencia normal cuando se sitúa entre el 85-89% y de muy eficiente cuando supera el 90%, no parece que esa bajada de la calidad sea muy significativa ni muy diferente de dormir con otra persona, que también se mueve, ronca y se levanta o se acuesta a deshoras.

Higiene y prevención

Por ello, habrá que fijar la atención en los aspectos relativos a la higiene o la salubridad. Y a este respecto, que nuestras mascotas compartan cama con nosotros no es malo ni peligroso en sí mismo, basta con una serie de medias higiénicas básicas y de prevención para que no haya ningún problema, especialmente si nuestra mascota es un perro y sale regularmente a la calle, donde la suciedad y el contacto con otros animales no está bajo nuestro control.

Controlando unas normas básicas de higiene, no hay peligro para la salud de los durmientes. Freepik

Además, las pautas preventivas son prácticamente las mismas que en el caso de que no duerma con nosotros:

  • Acudir regularmente al veterinario para revisiones periódicas. Un par de veces al año es suficiente si no hay problemas extraordinarios.
  • Mantenerlo vacunado según el calendario establecido.
  • Desparasitarlo regularmente
  • Bañar al perro cada 30 ó 45 días y cepillarlo regularmente para eliminar pelo y piel muerta así como parásitos circunstanciales.
  • Limpiar las patas del perro después cada paseo, o por lo menos después del último y antes de que se suba a la cama.
  • Mientras sea cachorro y todavía no domine el arte de esperar a salir para orinar no hay que arriesgarse a compartir lecho.

En general se trata de tomar medidas de sentido común para evitar problemas. Y a veces esto incluye que si el humano sufre algún tipo de afección respiratoria, como el asma, o alergia lo más prudente es pasar la noche separados. Por si acaso.

Los beneficios de compartir cama

Teniendo controlado todo lo anterior, no hay ningún motivo para impedir la cohabitación, que de hecho también tiene beneficios.

Algunos estudios afirman que ayuda a reducir la presión arterial, hecho que además de ser positivo a largo plazo, también ayuda descansar y conciliar el sueño.

Un buen descanso permite un buen despertar. Freepik

También ayuda a experimentar una mayor sensación de seguridad, de protección. Además esta sensación es mutua. No hay que olvidar que los perro son animales hasta cierto punto gregarios, de manada, por lo que estar toda la familia junta les da seguridad y confianza.

Además , el vínculo afectivo entre humano y animal se refuerza, la confianza es mutua y es un momento más, y bastante intenso, de convivencia, especialmente importante si el can pasa un buen número de horas solo por motivos laborales.

Ayuda a combatir el estrés y la ansiedad tanto de uno como del otro. Una de las consecuencias de dormir juntos es que en el humano descienden los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que ayuda a conciliar el sueño y mejorar la calidad del sueño. Y si el humano está tranquilo, el perro también.