JONAS Vingegaard no es el líder, pero ha demostrado con su victoria y el modo de conseguirla que es el más fuerte de la Vuelta. Creo que no hay duda de eso. Es el que mejor ha llegado a la tercera semana de competición, que era algo que se intuía desde que empezó la carrera. Ha ido de menos a más durante la Vuelta. Ha ido creciendo a medida que la carrera ha ido avanzando. En la subida a Bejes se le ha visto muy fácil y eso evidencia su buen estado de forma. Ha logrado más de un minuto de ventaja respecto al resto de favoritos. La ascensión a Bejes no es comparable a la subida al Tourmalet, pero ha transmitido más fluidez. Ahora queda por ver cómo se gestiona lo que queda de Vuelta en el Jumbo. Sigo pensando que la idea es que Kuss se haga con la carrera, pero lo prioritario para el equipo es que la gane uno de sus corredores y yo enmarcaría ahí el ataque de Vingegaard. Ese movimiento ha hecho que estén más cerca de la victoria definitva. El danés tiene capacidad de hacerlo y si no, será Roglic. La cuestión es si aguantará Kuss. Si baja un poco el rendimiento, probablemente no pueda ganar la carrera, pero no creo que sea por el ataque de sus compañeros. La victoria de Vingegaard ha servido para estar más cerca del triunfo final de la Vuelta por parte del Jumbo. Esa es mi lectura. Se está discutiendo mucho sobre las tácticas del equipo y las jerarquías, pero lo fundamental para ellos es ganar la Vuelta. Tengo la impresión de que no les importa tanto el quién, sinceramente. Veremos qué pasa en el Angliru y en los próximos días de montaña. Tengo claro que el más fuerte es Vingegaard. El otro foco de la etapa era que  querían ganar en Bejes para dedicarle el triunfo a Van Hooydonck, el compañero que está grave en el hospital. Eso lo tenían muy claro.

El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk