A 32 meses para el final de la legislatura en España —Raúl del Pozo ha sacado la cuenta—, ABC y La Razón avanzan a todo trapo la paliza que le darán Pablo Casado y Santiago Abascal a Pedro Sánchez. Y he escrito bien: "que le darán", porque aunque los titulares se basan en sendas encuestas, ni siquiera se usan el condicional o el potencial. Y así nos encontramos a ABC proclamando el megasorpasso: "El PP se dispara hasta los 138 escaños y suma mayoría absoluta con Vox". En el editorial, bajo el titulo "La derecha ya sí suma", la consecuente venta del oso no cazado. Esta vez, por lo menos, con una cura en salud: "Nada está escrito. Pero si Sánchez sigue viviendo en la realidad virtual de una España eufórica que solo él ve, la trayectoria de la derecha solo podrá verse reforzada conforme pase el tiempo. Esa es la mejor noticia para esta España del caos que empieza a estar agotada de sanchismo".

Les aclaro que fue ayer cuando el diario de las letras lanzó las campanas al vuelo. La Razón lo hace hoy, apoyándose en un sondeo NC Report (les reto a encontrar un solo acierto de este gabinete en los últimos 20 años) que es casi clavado al de la cabecera madrileña de Vocento. "El PP consolida el cambio de ciclo", es el reclamo de portada junto al gráfico correspondiente donde el azul y el verde apalean al rojo y al morado. Dos subtítulos resumen el cuento de la lechera: "El bloque de la derecha suma 181 escaños y el 48 por ciento de los votos, las cifras más altas desde 2011. El PSOE pierde entre 18 y 20 diputados y Podemos se dejaría hasta 16 por la desmovilización".

Del editorial basta con citar el encabezado, que es una redundancia del de portada: "El PP afianza el cambio de ciclo político". La verdadera explicación del supuesto batacazo del PSOE y del subidón diestro se la reserva el director, Francisco Marhuenda: "La sociedad está cansada de la pandemia y cada vez se escuchan más criticas por la gestión realizada, hay un rechazo enorme por la vergonzosa política de gestos con los independentistas, la coalición con los comunistas y antisistema es ineficaz y la amistad con los bilduetarras es repugnante. No se qué más causas se necesitan para interpretar el retroceso electoral de la izquierda gubernamental".

Encuestas victoriosas aparte, hay dos grandes cuestiones que siguen inspirando a los amanuenses diestros: el nuevo gobierno catalán y, cómo no, Marruecos. No faltan, claro, los que son capaces de unir lo uno y lo otro. Jorge Fernández Díaz, por ejemplo: "Esa es la España en la que Sánchez se apoya para seguir siendo quien la «gobierna», sacando pecho ante Marruecos, mientras claudica ante los golpistas secesionistas catalanes".

Es curioso que el exministro con ángel de la guarda adosado diga que Sánchez saca pecho ante Marruecos. Casi todos los demás columneros le acusan de blandengue. Isabel San Sebastián lo hace sacando las enseñanzas de Historia de la Enciclopedia Álvarez. "Hispania 711, España 2021" es el épico título de su descarga con ribetes guerreros: "El engaño constituye un arma habitual en cualquier enfrentamiento bélico. Ni lo del 711 fue una expedición de saqueo, ni esto de hoy una crisis humanitaria. La intención y la pretensión son las mismas. Lo de ahora resulta, eso sí, especialmente repugnante, porque en lugar de aguerridos soldados, el invasor nos envía a sus niños como carne de cañón".

Un paso por detrás o dos por delante —decidan ustedes—, Jesús Laínz vaticina en Libertad Digital una inminente Contra-Reconquista: "Ceuta y Melilla están condenadas. Y detrás de ellas irá el resto de una España y una Europa decrépitas, cobardes, canallas, indefensas y envejecidas. Mientras la bomba demográfica africana sigue hinchándose, Europa ni puede ni quiere seguir existiendo. Pero la muerte no será tranquila. Lo que no defiendan nuestros soldados a tiros en las fronteras lo tendrán que defender los españolitos a tortas por las calles. Y no se consuelen cobardemente creyendo que les tocará verlo a nuestros nietos. Lo vamos a ver nosotros. Lo estamos empezando a ver ya".

Si eso les parece apocalíptico, esperen a leer a Juan Manuel De Prada en plan fraile anunciadore del Juicio Final: "De ahí que todos los loritos con tribuna pública repitan que, por dejar que diez mil moritos de la morería entren en Ceuta, el rey marroquí ha perpetrado una 'invasión'. ¡Si España lleva mucho tiempo invadida, almas de cántaro! El rey marroquí no pretendía invadiros, españoles, sino tan sólo atender simbólicamente la solicitud realizada por vuestros gobernantes, que reclaman un «saldo migratorio anual de 255.000 personas», para paliar la «caída de la población en edad de trabajar» y «garantizar nuestro sistema de pensiones». Y, sabiendo que España está tan necesitada de savia nueva, el rey marroquí os ha brindado samaritanamente una pequeña porción de esos inmigrantes que vuestros gobernantes reclaman".

¡A mi la Legión!

La última esperanza es la Legión, cuya presencia en la crisis ceutí ha puesto nostálgico a más de un opinador. Aquí tienen a Antonio Burgos en posición de firmes, aunque poniendo un pero a la indumentaria de los bravos soldados: "Lástima que fueran todos en uniforme de campaña, porque no hemos visto el chapiri de la Legión ni el tarbush del Grupo de Regulares de Ceuta en acción humanitaria: «Fiel Regular hasta morir». Los que en los desfiles marchan los últimos por la cadencia de sus pasos han sido en este caso los primeros en jugarse la vida junto a las Fuerzas de Seguridad con un Gobierno que no se merece la abnegación y la obediencia constitucional de estas Fuerzas Armadas".

Y se canta a los paseadores de la cabra, por qué no hacerlo a su fundador, Millán Astray, el de "Muera la inteligencia" y "Viva la muerte". ¿Que era un golpista sanguinario? Remilgos de pijoprogres, viene a decir en ABC un tal Ramón Palomar: "Si nos liberásemos de los pertinaces complejos podríamos vindicar la estampa de Millán-Astray, el fundador de la Legión, sin incurrir en caricaturas baratas, basta con leer la biografía escrita por Luis E. Togores para encontrar a un personaje que, de ser normales, supondría una fuente de inspiración bárbara para forjar enérgico celuloide". Descansen, ¡ar!