Las series de 100 metros femeninos darán inicio en la madrugada de mañana a las competiciones de atletismo de Tokio 2020. Sobre el Estadio Olímpico, construido sobre las restos del que acogió los Juegos de 1964, planeará el recuerdo de Usain Bolt, la gran estrella de las tres anteriores citas olímpicas y que dejó también un gran vacío en cuanto a carisma y tirón mediático. Pero siempre hay nuevas estrellas dispuestas a alumbrar el tartán y desde los Mundiales de Doha de 2019 han ido surgiendo o se han consolidando atletas que tienen que destacar en Tokio.

En la velocidad, el territorio del Relámpago, Jamaica ha perdido su dominio y Estados Unidos puede recuperar el oro olímpico en la recta. El campeón mundial Christian Coleman está suspendido por dopaje, así que Trayvon Brommel es el gran favorito en una prueba que entre las diez mejores marcas masculinas del año no tiene a ningún atleta de la isla caribeña. Solo el sudafricano Akani Simbine parece en condiciones de discutir uno de los cajones del podio. En los 100 femeninos, sí dominan las atletas jamaicanas con la incombustible Shelley-Ann Fraser-Pryce en busca de su tercer oro en lucha con su compatriota Elaine Thompson, la campeona en Rio.

Por otro lado, los 200 metros masculinos se plantean muy atractivos por la presencia de Erriyon Knighton, el chaval de 17 años que batió el récord de mundo sub-18 y sub-20 que tenía Usain Bolt con 19.84 en los trials de Eugene. Solo pudo ser tercero por detrás de Noah Lyles y Kenny Bednarek, pero Tokio 2020 puede ser la confirmación de un nuevo prodigio. Knighton es el más joven del amplísimo equipo estadounidense. La segunda más joven es Athing Mu, que con 19 años llega a los 800 metros con la mejor marca del año y un correr que recuerda, dicen, a Juantorena. En un plantel con 81 debutantes olímpicos se mantiene la enorme Allyson Felix, que con 35 años y después de ser madre disputará sus quintos Juegos en busca de elevar su botín de nueve medallas en los 400 metros o en el relevo largo. Su marca de calificación (50.02) es la mejor suya desde 2017.

Estados Unidos, teniendo en cuenta los registros de 2021, amenaza con copar también el podio de los 400 metros, pero el colombiano Anthony Zambrano tendrá algo que decir y en la vuelta a la pista figura el nombre de Wayde van Niekerk, el campeón olímpico de 2106 con aquel sideral récord del mundo de 43.03 que solo hace un mes logró la mínima para Tokio. Desde 2017, cuando se rompió el ligamento cruzado, el sudafricano ha competido muy poco y es una incógnita su papel en estos Juegos.

mister jumps

Dentro del conjunto de las barras y estrellas se presentará uno de los grandes duelos de los Juegos en los 400 vallas. Sydney McLaughlin se convirtió en los trials en la primera mujer que baja de los 52 segundos (51.90) y arrebató el récord del mundo a Dalilah Muhammad, que querrá al menos defender su título olímpico. La holandesa Femke Bol aspira al podio con la segunda marca del año. Otro nombre a seguir es JuVaughn Harrison, conocido como Mister Jumps, otro prodigio del atletismo moderno que participará en el salto de longitud y el de altura, como Jim Thorpe en los Juegos de 1912. Y en las dos especialidades es, al menos, candidato al podio.

De Europa llegan también otros candidatos a convertirse en estrellas de Tokio 2020 y dos son noruegos. Karsten Warholm acabó en la reunión de Oslo de la Diamond League con uno de los récords masculinos más antiguos, el de los 400 vallas, que tenía Kevin Young desde Barcelona 92. Y Jakob Ingebritsen, con 21 años, se presenta con la mejor marca del año en 5.000 metros y la tercera mejor en 1.500. El sueco Armand Duplantis es el gran favorito en el salto con pértiga porque hace mes y medio saltó 6,10 metros y suyo es el récord del mundo con 6,15 desde septiembre de 2020.

bazas africanas

África confía en mantener la hegemonía en los 800 metros, que se prolonga desde Atenas 2004, pese a otra de las grandes ausencias, la de David Rudisha, campeón en Londres y Río y plusmarquista mundial. En las carreras de fondo, hay que encontrar también un relevo, en este caso al británico Mo Farah, que a sus 38 años quiso clasificarse, pero no lo logró. En 10.000 el ganador será africano, lo mismo que se espera en el maratón. Hay interés por ver si el keniano Eliud Kipchoge es capaz de acercarse a las dos horas o, al menos, atacar su récord del mundo, aunque con las condiciones de Tokio parece complicado. Pero si gana será el segundo hombre en repetir triunfo en la prueba tras Abebe Bikila que lo logró en Tokio 1964.

La neerlandesa Sifan Hassan, que ya logró un atípico doblete en 1.500 y 10.000 en el Mundial de Doha, quiere añadir a la cosecha olímpica el de 5.000, pero hasta última hora no decidirá si asalta un triplete que sería legendario. Las marcas del año avalan su pretensión, aunque el calendario le pone muchas trabas.

Más sencillo, a priori, lo tendrá Yulimar Rojas, clarísima dominadora del triple salto en este lustro. La venezolana tiene la mejor marca del año (15.43) a solo siete centímetros del récord mundial y ese es su objetivo en estos Juegos. En los lanzamientos, el dominio está repartido entre Europa y Estados Unidos, que quizás podría copar el podio en el peso masculino.

Las medallas están muy caras, como siempre en unos Juegos, y la delegación española mira al vallista Orlando Ortega, pese a su periodo de lesiones, y a esa revelación del medio fondo que es Mohamed Katir, que ya se ha codeado con los mejores.