l mus es uno de los juegos de cartas más populares a nivel estatal y, como no podía ser de otra manera, nació en Euskadi. Para los amantes de los naipes, si tienes una pareja en la que confías, da igual que sea del terreno sentimental o de la amistad, el mus es el rey de todas las sobremesas. Se trata de un entretenimiento en el que, además de divertirte, ejercitas la mente y aumentas tu capacidad de reacción. Eso sí, cuidado con engancharse porque como todo juego, este tiene también sus riesgos. Sin embargo, viendo el lado positivo y sano de unas cuantas partidas, y comprendidas las reglas, el mus es un juego rápido y sencillo, en el que priman las bromas gracias a sus divertidas señas y vocabulario.

La baraja de cartas ha sido el mejor aliado de muchos jóvenes universitarios. Por ello, el mus se hizo famoso durante este periodo académico donde se unían los estudiantes durante largas horas alrededor de una mesa de la cafetería del campus. A día de hoy, parece que esas tradiciones se han ido perdiendo, pero lo que está claro es que continúa siendo un juego de naipes tradicional al que todo el mundo debería aprender sus reglas.

Si no habéis jugado nunca, tranquilos, porque os daremos las instrucciones básicas para que os luzcais de la mejor manera en vuestra primera partida. Para empezar con la ronda, cada jugador tendrá una carta. Al principio lo ideal es conformar un grupo de cuatro personas, así los participantes que tengan las cartas mayores podrán jugar contra los otros dos que tengan las cartas menores. La práctica es fácil: quien saca la carta más alta es el jugador denominado “mano” y este se sentará frente a su compañero, y a su derecha, el jugador contrario que sacó la carta mayor. Por su parte, el jugador ubicado a la izquierda del “mano”, barajará las cartas y se las ofrecerá al jugador de su izquierda para cortar. Seguido, este repartirá cuatro cartas a cada participante, de una en una, empezando por el jugador principal, es decir, el “mano”. La dirección o sentido para entregar las cartas será de derecha a izquierda.

Después, cada jugador examinará sus cartas para preparar su jugada. Empezará el jugador principal con sus cuatro cartas iniciales y cada uno, durante su turno, dirá si desea o no ir al descarte diciendo “no hay mus” o en el caso de que lo haya manifestando el término “mus”. Así sucesivamente. En el momento en el que uno de los participantes corte el juego diciendo que no hay mus, ninguno podrá descartarse, y se iniciará el juego de nuevo. Durante la partida, cada jugador que quiera “mus”, cogerá la baraja de cartas y la colocará a su derecha. Si ninguno de los integrantes corta la partida, el integrante que haya proclamado dicho término será el “mano”.

El juego finaliza cuando se hayan jugado todas las jugadas y todos los jugadores tendrán la obligación de enseñar sus cartas para que no existan dudas sobre los pares y los juegos rechazados. En total, la pareja ganadora tendrá que haber sumado un total de 40 piedras u ocho hamarrakos. Del mismo modo, el juego puede concluir cuando un jugador acepta un Órdago, mostrando a todos los jugadores sus cartas para ver quien gana.

“He jugado mucho al mus con mis amigos los sábados y puedo decir que soy muy bueno”