El trabajo ocupa mucha parte de nuestra vida y el ocio, cuando tenemos oportunidad de disfrutarla, tratamos de pasarlo con nuestro entorno más cercano en planes, que en la mayoría de ocasiones, se hacen cerca de donde vivimos. Aun así, hay mucha gente que trata de cambiar al menos una vez al mes o por lo menos cuando tiene tiempo y trata de buscar opciones que salgan de lo tradicional. En esta ocasión hablaremos de las rutas de montaña, concretamente en los Pirineos. Las hay de todo tipo, en cuanto a niveles y belleza pero nosotros nos dedicaremos a recomendar algunas de ellas que están al alcance de todos y que no son para nada complejas pero sí espectaculares en cuanto a belleza.

Antes de nada trataremos de ponernos un poco en contexto y saber colocar en el mapa o comprender al menos la magnitud de los Pirineos. Estamos hablando de una cordillera montañosa situada al norte de la península ibérica, que hace de frontera natural entre España y Francia. En este sentido se extiende en dirección de este a oeste a lo largo de 491 kilómetros aproximadamente, desde el cabo de Creus en el mar Mediterráneo hasta su unión con la cordillera Cantábrica, donde se ha establecido la falla de Pamplona como su límite convencional geológico, no existiendo interrupción geográfica entre ambas formaciones. Además, cabe destacar que en su parte central tiene una anchura de 150 kilómetros en total.

Euskadi y Navarra junto a Aragón y Cataluña se encuentran en la ladera sur de los Pirineos, mientras que en el norte encontramos Nueva Aquitania y Occitania. Por último, destacar que en esta zona montañosa podemos encontrar montes conocidos como el Aneto (3.404 metros), Monte Perdido (3.355 metros), Posets (3.375 metros) o el Pico Maldito (3.350 metros), entre otros.

A continuación, y una vez hemos colocado en el mapa los Pirineos, así como algunas de sus características, hablaremos de cuatro rutas que nos recomienda el protagonista de este último número de IN, el médico malagueño y catedrático de Harvard, Miguel Ángel Martínez-González. Asegura que todas le encantan y al mismo tiempo dice que todos podríamos hacerlas.

Baños de Panticosa

La primera ruta es la de 'Baños de Panticosa'. Es una ruta circular sencilla y corta por los baños de Panticosa. El paseo es muy fácil, excepto el tramo entre la toma de aguas y la carretera en el que hay que tener cuidado al destrepar, especialmente cuando hay hielo. El enclave natural es espectacular, si somos capaces de abstraernos de la salvajada urbanística del hotel nuevo y, sobre todo, del edificio del balneario. Al final de la ruta podemos disfrutar de ibón de Baños, de su agua y de su entorno.

La cresta del Astún

La segunda ruta que recomienda el médico malagueño es la de 'La cresta del Astún', según él muy bonita y más que recomendable. No es difícil de realizar y no tiene pasos complicados en el trayecto. Desde el parking de la estación de esquí de Astún hay que subir por el barranco del Escalar, que tiene una extensión de dos kilómetros para los que necesitaremos 40 minutos más o menos. A continuación nos tocará subir hasta el Pico de los Monjes, de unos 900 metros, para lo que emplearemos 15 minutos como máximo. Una vez en el pico empezaremos a subir, por la derecha, el comienzo de la cresta. Tardaremos una hora aproximadamente en atravesar los 2 kilómetros de longitud. Aunque no sea complicado atravesaremos tramos complejos, por lo que tendremos que estar muy atentos en todo momento. Una vez en el collado de Truchas comenzaremos el camino de vuelta al parking.

El pico de Malacara

En tercer lugar afirma que se encuentra la subida a 'El pico de Malacara'. Se encuentra en el valle de Astun y tiene 2.268 metros de alto. Se comienza en Astún y está señalizado cómo hacer el ascenso. No es complejo pero no por ello no hay que tener cuidado cuando lo hagamos. Como en todas las rutas en el camino podremos disfrutar de una gran naturaleza, así como de paisajes que nos harán desconectar de nuestro día a día.

Estanés

Por último, destaca la subida a 'Estanés', de 1.790 metros de altitud, desde la pista de Somport. Es una de las zonas más visitadas y desde aquí se puede apreciar la zona pirenaíca francesa. A este lugar se puede acceder desde cuatro sitios, desde el refugio de Lizara en el Valle de Aragües del Puerto, desde Guarrinza en el Valle de Hecho pasando por Aguas Tuertas, desde Candanchu en el Valle de Canfranc o desde la vertiente francesa con origen en el parking -área de descanso de Sansanet-. Esta última es la opción más corta y sencilla de acceder al ibón.