¿Eres un amante de la naturaleza pero odias dormir en una tienda de campaña? Pues debes saber que existe un nuevo concepto de alojamiento, el 'glamping', una experiencia que reúne las ventajas del 'camping' con las de un hotel. Así, podrás disfrutar de la tranquilidad y la belleza de un enclave especial, situado en plena naturaleza, sin tener que renunciar al lujo de dormir bajo techo.

Los huéspedes de esta semana, los pamplonicas Iñaki Celaya y Marina Otazu, son unos enamorados de la aventura y disfrutan recorriendo el mundo con su furgoneta. Pero después de tener a su hija África, pensaron en que estaría bien tener un lugar fijo donde pasar las vacaciones. Después de ver distintas alternativas, encontraron un terreno en Orbaizeta, y no lo dudaron ni un momento. A 765 metros de altitud, este pueblecito, rodeado por frondosos hayedos y pastos, es el más norteño del Valle de Aezkoa y se erige como puerta natural de entrada a la Selva de Irati por su lado oeste. Casualmente, la Selva de Irati fue el el destino que eligieron unos años antes para hacer su primer viaje juntos en furgoneta. Y casi de forma casual, surgió el proyecto de Irati Barnean, que acaba de recibir a sus primeros invitados el pasado mes de junio.

Irati Barnean es un alojamiento con mucho encanto, donde puedes sentir la magia de la Selva de Irati y disfrutar de la panorámica que ofrece el valle de Aezkoa. "Es una oportunidad para reconectar con la naturaleza, donde te despiertas con el primer cantar de los pájaros, puedes contemplar las estrellas y los impresionantes atardeceres, realizar avistamiento de aves, ver cómo se forma un manto de hojas que caen de los árboles o escuchar la berrea del ciervo cuando están en celo...", destacan sus fundadores, Marina Otazu e Iñaki Celaya.

Todo ello desde sus cinco exclusivas 'suites' de lujo, en forma de cuatro iglús, dispersos en mitad del bosque. "Cada estancia lleva el nombre de un árbol: Urkia, Izeia, Ezkia, Haritz y Pagoa", detallan. Y tienen capacidad para dos o para cuatro personas. Su estructura circular, de madera, ha sido construida bajo un sistema de edificación modular, siguiendo los preceptos de la arquitectura de las 'passive house', indican.

Construcción sostenible

A la hora de levantar estos iglús, Celaya y Otazu han empleado materiales de gran durabilidad y bajo impacto, desechando el plástico, "aunque fuese más barato y más fácil de colocar", advierten. En su lugar, la cubierta está hecha con tejas de cedro que han puesto ellos mismos una a una. "En total, hemos utilizado tres toneladas de tejas de cedro para hacer los tejados de los cuatro iglús. ¡Creo que es el puzzle más grande de nuestra vida!", ríen. Eligieron esta madera, explican, porque aunque el bosque natural de Aezkoa está formado por haya y roble, si bien históricamente en esta zona se construían los tejados con haya, este material se sustituyó por teja de roble, porque el haya ardía con facilidad. Pero claro, no podíamos conseguir toda la cantidad de roble que necesitábamos, hasta que dimos con el cedro de Canadá", explica Iñaki Celaya.

Los iglús están asentados sobre un terreno con fuerte pendiente, por lo que "te puede dar la sensación de que estás flotando, mientras disfrutas de unas fantásticas vistas a la Selva de Irati desde la terraza privada de cada habitación", destacan. Además, han elegido una orientación hacia el sur, lo que permite reducir al máximo el consumo de energía.

Irati Barnean es un alojamiento que pretende ser sostenible, por lo que el agua y la electricidad pueden utilizarse pero de forma consciente. "Llevamos todos los suministros a la zona, pero son limitados, no es como en casa, que abres el grifo y dejas el agua correr, o calientas agua en el microondas mientras te secas el pelo. Aquí eso no lo puedes hacer porque dejarían sin agua y sin luz al resto de huéspedes", explican. Por eso, alertan a sus visitantes de que deben hacer un uso responsable de estos recursos. Una forma de vida perfecta, que casa muy bien con la filosofía 'slow travel', que aboga por viajar despacio, sin prisas y disfrutando de cada detalle. También para quienes buscan un contacto directo con el medio natural.

Además, Marina Otazu e Iñaki Celaya se muestran comprometidos con su entorno y tratan de promover el turismo y dar a conocer la cultura y la gastronomía de la zona. Por ello, ofrecen a sus visitantes diferentes planes y actividades para realizar en los alrededores, en función de las posibilidades que brinda cada estación del año, desde una salida ornitológica, una experiencia micológica o un avistamiento de estrellas, hasta una visita guiada en bicicleta eléctrica, una ruta con raquetas de nieve o un recorrido junto a un biólogo. Asimismo, ofrecen una degustación de productos locales de Navarra, con el deseo de promover el comercio local seleccionando alimentos de 'kilómetro 0'.