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¿Cómo puedo prepararme para la ola de frío que se avecina?

Una ola de frío azotará Euskadi en pleno mes de noviembre, con un desplome de temperaturas, lluvia abundante, viento y nieve

¿Cómo puedo prepararme para la ola de frío que se avecina?Freepik

Ante la llegada de una ola de frío como la que acaba de llegar, es normal preguntarse cómo protegerse mejor y qué medidas conviene tomar para evitar sufrir el frío. Las bajadas bruscas de temperatura afectan tanto al cuerpo como a la casa, y una preparación mínima puede marcar la diferencia entre pasar unos días complicados o afrontarlos con comodidad y normalidad. Prepararse no implica gastar mucho: se trata, sobre todo, de anticiparse, revisar lo imprescindible y reforzar lo que ya tenemos en casa.

Prepara tu casa

La primera cosa a tener en cuenta contra el frío es la vivienda. Antes de la llegada de la ola, conviene revisar puertas y ventanas para comprobar si entra corriente. Pequeños adhesivos, cortinas gruesas y alfombras pueden reducir la pérdida de calor y evitar que corrientes frías entren en casa. También es importante purga los radiadores si usas calefacción de agua, y revisar el funcionamiento de estufas o bombas de calor. Mantener una temperatura estable, entre 19 y 21 grados, es lo más recomendable. Si tu casa tiende a enfriarse rápido, conviene cerrar las habitaciones que no se utilizan y bajar las persianas por la noche para retener el calor acumulado durante el día dentro de casa.

Vístete por capas

La forma en la que nos vestimos es clave para sobrellevar temperaturas muy bajas. La técnica más eficaz es la de vestir por capas, empezando por una primera capa que mantenga la humedad alejada de la piel, seguida de un jersey o prenda térmica y, por último, un abrigo aislante. Las zonas que más rápido pierden calor son la cabeza, cuello, manos y pies, por lo que conviene usar bufanda, gorro y guantes incluso para salidas cortas.

En casa, los calcetines gordos o de lana y las zapatillas térmicas pueden evitar la sensación de frío constante que nos puede llegar desde el suelo.También conviene tener una manta térmica. Si vives en una zona rural o con riesgo de heladas es aconsejable proteger los conductos exteriores o dejar un hilo mínimo de agua por la noche para evitar que se congelen.

Mujer tosiendo

Las bajas temperaturas pueden afectar más a personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares, por lo que es importante prestar atención a síntomas como tos persistente, dificultad para respirar o bajones bruscos de energía. Mantenerse hidratado y procurar tomar comidas calientes ayuda a mantener una buena regulación térmica.

La gastronomía es una aliada

Cuando las temperaturas bajan tanto, la alimentación se convierte en una aliada para mantener el cuerpo caliente. Los caldos y sopas son la opción más clásica, ya que nos aportan hidratación, minerales y un efecto de calor inmediato. Los guisos de cuchara, como lentejas, alubias o garbanzos nos dan un chute de proteínas vegetales y carbohidratos que ayudan a mantener el calor durante horas. También resultan ideales las cremas calientes o los purés de calabaza, zanahoria o puerro.

Puré de calabaza.

Para momentos de mucho frío, platos como el arroz caldoso, el puré de patata, la polenta o un estofado suave tienen la capacidad de darnos energía de liberación lenta. Incluso infusiones calientes, cacao puro o un té de jengibre ayudan a activar la circulación y combatir la sensación de frío desde dentro.

La ola que se avecina

El momento álgido del episodio invernal se espera entre las últimas horas del jueves 20 y la mañana del viernes 21, cuando la cota de nieve se situará entre 300 y 400 metros en el Cantábrico oriental. En zonas montañosas las acumulaciones de nieve podrían alcanzar los 10 a 20 cm durante el viernes, lo que podría generar problemas en carreteras y en municipios del interior de la comunidad.

Ante este episodio invernal, la Aemet ha emitido un aviso especial para Euskadi y el Gobierno vasco activará el aviso amarillo por nieve este jueves. La causa del temporal es una masa de aire del Ártico extremadamente frío, acompañada de un flujo húmedo del norte, que provocará que el viento gire a noroeste, empeorando significativamente las condiciones meteorológicas.