Con la llegada del calor, también llegan los molestos mosquitos. Sus zumbidos interrumpen el sueño y sus picaduras pueden causar desde una simple molestia hasta reacciones alérgicas.
Frente a este problema estacional, cada vez más personas buscan alternativas naturales a los repelentes químicos. Y una de las soluciones más eficaces y accesibles podría estar justo en una maceta.
La citronela: un antimosquitos natural
La citronela, también conocida como lemongrass o hierba limón, es una planta herbácea perenne originaria del sudeste asiático, conocida por su fragancia cítrica intensa y agradable. Más allá de su uso en gastronomía y perfumería, esta planta ha demostrado ser un poderoso aliado contra los mosquitos gracias a su capacidad para enmascarar los olores que atraen a estos insectos.
El aceite esencial de citronela es ampliamente utilizado en velas, aerosoles y lociones repelentes, pero tener la planta viva en casa puede ser igual de efectivo, especialmente en terrazas, balcones o jardines. Su presencia no solo perfuma el ambiente, sino que actúa como una barrera natural que mantiene alejados a los mosquitos de forma continua.
Cómo actúa contra los insectos
El mecanismo de acción de la citronela es simple: interfiere en el sistema olfativo de los mosquitos. Estos insectos se guían principalmente por el dióxido de carbono y los compuestos químicos que emite el cuerpo humano. El aroma de la citronela enmascara estos olores, dificultando que los mosquitos localicen a su "presa".
Además, varios estudios han confirmado que los compuestos volátiles de esta planta —como el citronelol, el geraniol y el limoneno— tienen propiedades repelentes muy efectivas, incluso superiores a muchos productos sintéticos si se utilizan correctamente y con constancia.
Ideal para exteriores e interiores
Una de las grandes ventajas de la citronela es su versatilidad. Se puede cultivar tanto en el exterior como en macetas dentro de casa, siempre que reciba luz solar directa al menos unas horas al día. Crece rápidamente, requiere pocos cuidados y, en condiciones óptimas, puede alcanzar hasta metro y medio de altura.
En interiores, se recomienda colocarla cerca de ventanas o puertas, ya que son puntos de acceso habituales para los insectos. En balcones o patios, funciona perfectamente como una “muralla verde” si se plantan varias juntas. También se puede combinar con otras plantas repelentes, como la albahaca, la lavanda o el romero, para reforzar su efecto.
Cómo cuidarla para potenciar su efecto
Para que la citronela mantenga su capacidad repelente, es fundamental que esté sana y bien cuidada. Aunque es una planta resistente, agradece una serie de cuidados básicos:
- Luz: necesita abundante luz natural. Cuanto más sol reciba, más intensa será su fragancia.
- Riego: moderado, evitando el encharcamiento. Lo ideal es mantener el sustrato ligeramente húmedo.
- Poda: conviene recortar las hojas secas y realizar podas regulares para que crezca con fuerza.
- Sustrato y maceta: debe tener buen drenaje y, si es en maceta, elegir una de tamaño generoso.
Además, si se desea potenciar su efecto, se pueden frotar ligeramente las hojas para liberar más aroma, sobre todo al atardecer, que es cuando los mosquitos están más activos.
Más allá de los mosquitos
Además de repeler insectos, la citronela ofrece otros beneficios interesantes. Su aroma tiene efectos relajantes y antiestrés, por lo que contribuye a crear ambientes agradables. También puede utilizarse para preparar infusiones (siempre que se trate de una variedad comestible) o incluso como ingrediente en platos exóticos.
En algunos hogares, se utiliza además como ambientador natural, ya que su olor refrescante ayuda a neutralizar malos olores. Todo esto convierte a la citronela en una planta multifuncional, perfecta para los meses de calor y más allá.
Una alternativa natural, económica y eficaz
Frente al uso intensivo de repelentes químicos, que muchas veces contienen sustancias irritantes o potencialmente tóxicas, la citronela representa una alternativa ecológica y segura. No daña al medio ambiente, no es agresiva para la piel y puede convivir perfectamente con niños y mascotas.
Aunque no es infalible por sí sola —sobre todo en zonas con alta densidad de mosquitos—, combinada con otras medidas como el uso de mosquiteras o ropa ligera de manga larga, se convierte en una herramienta clave para disfrutar del verano sin picaduras.
