Tamara vuelve. Lo hace con toda su complejidad, sus excesos y su verdad. Netflix estrenará el 18 de julio la serie Superestar, una ficción creada por el cineasta Nacho Vigalondo y producida por Los Javis que se sumerge en la vida y el fenómeno mediático de María del Mar Cuena Seisdedos, más conocida como Tamara, Ámbar o Yurena. La serie propone una mirada nueva y más humana sobre una artista que fue encumbrada y vilipendiada en cuestión de semanas a principios de los años 2000.

Un casting destacable

La actriz Ingrid García-Jonsson es la encargada de dar vida a Tamara. En palabras del propio Vigalondo, la actriz aporta “una fragilidad y una verdad emocional que han elevado el proyecto desde el principio”. El creador de Los cronocrímenes ha querido mezclar el respeto por la figura de Tamara con elementos de comedia negra, conspiraciones pop y una atmósfera surrealista que él define como “una tragedia pop con villanos multicolores y ladrillos cuánticos”.

Acompañan a García-Jonsson un elenco que da vida a los personajes que orbitaban en torno a Tamara durante su explosión mediática. Carlos Areces interpreta a Paco Porras, Secun de la Rosa a Leonardo Dantés, Pepón Nieto a Tony Genil y Natalia de Molina a Loly Álvarez. También aparece Rocío Ibáñez como Margarita Seisdedos, madre de la artista y figura esencial en su trayectoria. Todos ellos formaron parte de lo que entonces se conoció como el "tamarismo", un fenómeno que rozaba lo kitsch pero que tenía también algo de resistencia cultural en medio del sensacionalismo.

Un rodaje en casa

Rodada en escenarios reales de Santurtzi, localidad natal de Tamara, y en otras zonas de Bizkaia como Basauri, la serie reconstruye tanto sus orígenes como el ambiente televisivo que la convirtió en una estrella nacional inesperada. La calle Sor Natividad se transformó en uno de los sets principales del rodaje, con vecinos que rememoraban los comienzos de la artista, mientras que el emblemático bar Taboada acogió varias escenas interiores. Esta decisión de rodar en sus calles responde a la voluntad de dotar de autenticidad emocional a una historia marcada por la visibilidad extrema y la fragilidad personal.

La serie, que consta de seis capítulos, es una producción que mezcla la estética de la época, recursos visuales modernos y un tono que se mueve entre el drama íntimo y la sátira pop. Los Javis, que ya exploraron vidas marginales en Veneno y La Mesías, aportan su talento y experiencia para contar historias de personajes rotos, vulnerables, pero profundamente humanos.

Una mirada responsable al pasado

Vigalondo ha explicado que la serie no pretende hacer humor a costa de nadie, sino dignificar a esas figuras mediáticas que durante años fueron tratadas como “frikis”. “Superestar no es una broma ni un ‘meme’, es una oportunidad para entender lo que pasó con respeto, pero también con la libertad que permite la ficción”, ha señalado el director. Para él, esta producción es “una redención” y una forma de enfrentarse al pasado con nuevos códigos narrativos.

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La historia de Tamara está marcada por sus múltiples transformaciones. Alcanzó el número uno en ventas con el single “No cambié” cuando aún se hacía llamar así, superando a artistas consagrados como Alejandro Sanz. Sin embargo, su popularidad vino acompañada de una exposición mediática desbordante, un pleito por su nombre artístico, rechazos de la crítica y una presencia casi permanente en la televisión del corazón. Cambió de nombre dos veces, giró por Asia con su música electropop, participó en realities y montó su propio pub en Malasaña. Todo ello mientras lidiaba con problemas personales que apenas se mostraban ante las cámaras.