La joven Indira Martínez de Ilarduya está ayudando a cambiar las cosas. Hace unos meses acudió ni más ni menos que a Nueva York para recibir en la sede de las Naciones Unidas el Premio Mundial del Síndrome de Down, un galardón que reconoce el activismo y la defensa decidida de los derechos humanos. Ella misma nos cuenta de este viaje que “fue una aventura muy emocionante”.

La razón de haber recibido este premio es que varios jóvenes decidieron crear una guía para otros estudiantes con el fin de lograr que sus escuelas respondan a la diversidad del alumnado, un trabajo que está publicado y disponible para cualquier estudiante o miembro de la comunidad educativa que quiera hacer de su centro un lugar más amable e inclusivo. “Es un gran honor, pero nos tienen que escuchar.

Somos nosotros los que podemos mejorar la escuela, y la pena es que no nos hayan aprovechado”, incide Martínez de Ilarduya, pues a ella misma cuenta que la han apartado del sistema educativo.

“Me ofrecían o ir a un aula de aprendizaje de tareas, o una FP básica para personas con discapacidad, segregada. Y yo no quería eso, evidentemente”, explica.

Indira Martinez Pilar Barco

Ella reconoce que siempre ha sido activista y lo va a ser siempre. “Incluso cuando querían quitarme mis derechos a mí eso no me gustaba. Esto ya no lo hago por mí, porque ya no estoy en el sistema. Lo hago para que ningún niño ni niña pase por lo que he pasado yo. Cuando veo una injusticia no puedo con ella”, explica esta joven. 

Para los chicos y chicas que se sientan solos en el colegio en cualquier etapa, apartados, su consejo es además que se acerquen al resto del grupo, y que si no les hacen caso, es obligación de los profesores ayudarles. “Yo me dirigiría más a las personas que no le hacen caso, y les diría que no se deja a nadie solo, nunca.

También se lo diría a los profesores, que no pueden permitir que ese niño o niña esté solo. Porque se sufre. Es algo que no puede pasar, porque eso no es inclusión”, resume.

Indira Martinez en una terraza Pilar Barco

Para hacer esta tarea un poco más fácil, para facilitar esa inclusión, hace unos años surgió la antes mencionada guía. Empezaron a reunirse online en 2020. Eran alumnos de todo el Estado. “Empezamos a hablar sobre nuestras experiencias en la escuela, y vimos que no son para todos, que había cosas que mejorar”.

Ahí empezaron a buscar soluciones, para pasar a elaborar esta guía de estudiantes para estudiantes. “Para eso es muy importante que se nos escuche”, reitera en ese sentido, porque “somos nosotros los que sabemos lo que necesitamos”. 

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Y es que el día a día en las escuelas no siempre es fácil. El confinamiento fue por ejemplo para ella un momento casi positivo, “porque pude dejar de ir a la escuela. No quería seguir yendo, estaba mal. Me sentía sola”, confiesa.

De los años que precedieron a la pandemia reconoce asimismo que cambiaría todo: “Yo quería quitarme mi Síndrome de Down, porque yo decía que me daba problemas. Pero eso es lo que pensaba antes. Ahora ya no lo pienso, porque mi Síndrome de Down no es el que me da problemas, sino las barreras que me ponen las personas”, afirma. 

‘Quererla es crearla’, un documental muy especial

Indira Martínez de Ilarduya nos habla del documental Educación inclusiva, quererla es crearla. “Un amigo, Rubén Calleja, le echaron de la escuela y se le vulneró el derecho a la educación inclusiva”, explica esta joven. Su familia tuvo que acudir a los tribunales para recuperar ese derecho, y ese es el punto de partida de este documental en el que después se van entrelazando otras historias.

En estos momentos esta producción puede solicitarla un colegio, instituto o asociación para poder verla. “Tienen que rellenar un formulario en la web de Quererla es crearla para poder solicitar la proyección del documental”, asegura. En la UPV/EHU se ha proyectado ya, por ejemplo, y en otros muchos lugares, pues es una producción que puede invitar mucho a la reflexión. 

Docencia o política, dos profesiones que valora ejercer de cara al futuro

Indira Martínez de Ilarduya tiene las ideas claras, y su futuro está marcado por las ganas de cambiar las cosas

Si hablamos de futuro, la ambición de la gasteiztarra Indira Martínez de Ilarduya está clara. Quiere dedicarse a la política para cambiar las cosas. “Yo quiero ser política porque quiero que se cumpla de una vez la Convención de Naciones Unidas”, explica. Y es que, uno de los artículos de este texto, el número 24, especifica que “los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación.

Con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación y sobre la base de la igualdad de oportunidades, los Estados Partes asegurarán un sistema de educación inclusivo a todos los niveles, así como la enseñanza a lo largo de la vida”. Pero, según explica esta gasteiztarra, eso no se está cumpliendo. “Quiero que se cumpla, ese es mi deseo”, afirma. 

Para cumplirlo explica que hay que hacer uno de los pasos, que para ella es el más importante: “No apartar o no segregar a nadie por lo que es. Eso es muy importante, no segregar”, reitera.

Concretamente, hablamos del párrafo que especifica que “las personas con discapacidad no queden excluidas del sistema general de educación por motivos de discapacidad, y que los niños y las niñas con discapacidad no queden excluidos de la enseñanza primaria gratuita y obligatoria ni de la enseñanza secundaria por motivos de discapacidad”. 

También le gustaría dedicarse a la educación, concretamente quiere ser profesora inclusiva, “sin tener que abrir aulas específicas. Que los niños y niñas aprendan todos juntos, con las mismas oportunidades, y yo escuchándoles para saber qué es lo que necesitan, cómo quieren que lo hagamos...”, asegura.