El reconocido músico de Barricada y Miss Octubre, Alfredo Piedrafita, y el premiado por el Ministerio del Medio Ambiente por publicar la primera obra en castellano Manual veterinario de las aves rapaces, Alfonso Bañeres, unen su pasión por la fotografía y literatura en el recomendable libro familiar Mandarina, tengo una misión. 

Mandarina, tengo una misión es un bonito libro para leer en familia. ¿Ustedes también lo creen?

-Alfonso Bañeres: De momento te vamos a poner dos velas negras por tratarnos de usted… Y sí, efectivamente, pese a tratarse de un cuento infantil es apto para cualquier edad por los mensajes que transmite y las fotos que los visten.

-Alfredo Piedrafita: A mí, por fin, me hace ilusión que alguien me trate como a un señor. ¡Ya era hora! Si lo llego a saber me pongo a sacar libros mucho antes. Respecto al libro, sin duda, muy recomendable para leer con niños, ya que además de entretenido, tiene mensaje.

Es su segunda publicación juntos, tras Erika, no soy perfecta. ¿Qué diferencias encuentran entre ambas? 

-A. B.: Ya son dos pares de velas… Erika no soy perfecta es una oda a la imperfección, una historia basada en hechos reales, de hecho, la protagonista es 100% real, que pretende abatir esa tendencia tan actual a querer ser alguien perfecto y mirarse en los demás sin valorar lo propio de cada cual. Mandarina exhibe como mensaje principal el trabajo en equipo, al que cada cual es capaz de aportar siempre algo. Una especie de road movie animal en clave de fuga.

-A. P.: Para empezar, lógicamente los personajes son distintos, aunque hay un guiño a Erika con la aparición de la protagonista del primer cuento. En mi faceta que son las fotografías, en este nuevo libro se han buscado en base al texto, además se hicieron en el mismo centro de rescate del que trata el libro, Basabere, de Lezaun. Las fotos están hechas allí, con animales de los que viven en el propio centro. En el otro, la gran mayoría eran en plena naturaleza.

¿Cómo se conocieron y comenzaron a fusionar con gusto las fotografías de Alfredo y los textos de Alfon? 

-A. B.: Alfredo me viene sufriendo desde hace unos tres lustros cuando atendía a su perro como veterinario. Desde entonces, compartimos la pasión por los bichos, el rock, las velas negras y alguna otra cosa.

-A. P.: Poco a poco fuimos haciendo amistad y un día vio mis fotos de animales y me dijo: “Deberíamos aprovechar esas imágenes para escribir un cuento, pero que no sea el típico cuento con dibujos y demás, sino con imágenes reales”. Y así empezamos a darle vueltas hasta que conseguimos editar Erika, no soy perfecta. Queríamos hacer una especie de serie de cuentos con un patrón común, fotografías reales con textos divertidos y con una moraleja final. Y seguimos dando vueltas a cómo haremos el siguiente porque además compartimos la afición por el vermú y eso suelta la lengua y la imaginación mucho.

Comparten también una conexión musical: Piedrafita toca en Miss Octubre y es parte de los históricos Barricada y Bañeres ha escrito letras de canciones para los durangarras MPB. ¿Conocían cada uno las canciones del otro?

-A. P.: Yo no conocía esa faceta suya, la tenía oculta [risas]. Voy a investigar, pero conociéndolo seguro que los MPB eran punkies.

-A. B.: Yo siempre he sido fan de Barricada, mucho antes de conocer a Alfredo. Ahora soy fan, sobre todo, de Alfredo. Hice un par de letras para MPB en mis tiempos mozos, eso es todo. Nada comparable ni de lejos al legado que nos deja Alfredo.

El libro anterior salió publicado por Erein. En esta ocasión es autogestionado. La editorial no ha apostado por Mandarina, a pesar de haberse vendido muy bien el primero. ¿Que una serpiente sea la protagonista no es tan amable como una eriza? 

-A. B.: No entendemos bien su rechazo, pero se arrepentirán cuando nos den el Pullitzer, ya verás, ya… Uno de los objetivos de Mandarina es difuminar la mala prensa de algunas especies animales (serpiente, lobo, cuervo, caimán…) y hacer ver al público que todos son importantes y cumplen un papel crucial en la naturaleza. Pero no soy tan Disney como una eriza, claro. Y eso no vende mucho, por ahora…

-A. P.: Puede ser, está claro que para la mayoría una eriza es mucho más adorable que una serpiente. Y las editoriales buscan, lógicamente, un beneficio que seguramente no vieron que podrían conseguir con Mandarina. En esta ocasión desde el propio centro de rescate Basabere pensaron que ellos le podrían dar buena salida al libro en sus instalaciones que son visitadas por muchísima gente.

Alfon, ganó el primer premio del certamen estatal Libro Agrario de Lleida con Manual veterinario de las aves rapaces. ¿Cómo vivió ese momento?

-A. B.: Pues con gran emoción, ya que me entregó un cheque la entonces ministra del Medio Ambiente y por una vez no fue el político el que se embolsó la pasta del contribuyente sino al revés. Pero aparte de eso, muy satisfecho ya que se trata de la primera obra en castellano sobre el tema. Estoy tramando una reedición mucho más completa y expandida, amenazo…

Alfredo también cuenta con un libro previo: La estación perpetua, con fotos tomadas en campamentos de refugiados saharauis en Argelia. ¿Cómo lo recuerda? Han pasado justos diez años.

-A. P.: Lo recuerdo como una de las mejores experiencias de mi vida, los días que pasé allí, en los campamentos de refugiados saharauis. Y conseguir vender todos los libros que se editaron y con todo lo recaudado enviarles un camión lleno con sillas de ruedas, sábanas, pañales y artículos que ellos necesitan en el día a día, fue una satisfacción enorme. El año pasado también publiqué un libro exclusivamente de fauna que habita en el monte Ezkaba, en las afueras de Pamplona y en cuya falda vivo yo y donde paso muchísimas horas. El libro se llamó Del ruido al silencio, en referencia al cambio que doy yo habitualmente, unos días de gira con mi grupo, con todo el estrés, carretera y bullicio que supone, y otros solo en el monte, escondido esperando a algún pájaro que lo mismo aparece que no lo hace. Salió con la editorial Lamiñarra y la verdad es que funcionó muy bien. Era una edición muy muy cuidada.

Me contaba que comenzó a hacer fotos en un viaje a Australia. ¿Cómo ocurrió?

-A. P.: En 2011 decidimos hacer un año de parón con Barricada y mi mujer y yo nos planteamos ir para varios meses a Australia, que era un viejo sueño que teníamos. Para ir allí compré mi primera cámara digital para inmortalizar las típicas fotos y videos de vacaciones. Pero en aquel país la naturaleza es tan espectacular que en los cinco meses que estuvimos me dio tiempo a ver de todo, a practicar con la cámara en paisajes, animales, naturaleza a fin de cuentas. Así que al volver a Pamplona ya me lancé de lleno a aprender diferentes técnicas, empezando por la fotografía nocturna, y terminando enamorado de la fotografía de fauna.

Hay versiones de Mandarina en euskara y castellano. ¿Cuál se vende más?

-A. B.: Pues, en Arrankudiaga, Ibarrangelua y Zugarramurdi el de euskara. En el resto, y muy a mi pesar, al revés.

-A. P.: Eso te lo diremos dentro de un tiempo. El de Erika yo creo que funcionó prácticamente mitad y mitad.

Sin hacer spoiler, ¿qué mensaje positivo obtendremos tras leer este libro?

-A. B.: Os echaréis alguna risa, que eso siempre está bien. Aprenderéis curiosidades de los animales y cómo sienten y perciben el medio cada uno de ellos, así como las habilidades propias de cada especie.

-A. P.: Para mí, el mensaje más importante y más necesario en estos tiempos que vivimos es que el trabajo en equipo siempre da sus frutos.

¿Cómo puede la persona que está leyendo esta entrevista adquirir esta publicación que han estado vendiendo en Durangoko Azoka?

-A. B.: Se puede adquirir en persona en la Granja-Escuela Basabere de Lezaun (Nafarroa) que recomendamos visitar, y en la Clínica Veterinaria Buztintxuri de Iruñea. También se puede pedir al teléfono 677 15 76 05 y se puede mandar por correo.

Será de algún modo una compra benéfica, solidaria por lo tanto…

-A. B.: Nada de benéfica, todos los millones del Pullitzer nos los vamos a fundir en Martinis y kalimotxos, ¿a que sí, Alfredo?

-A. P.: Sin duda que irán destinados a esos fines más beneficiosos que benéficos. Sin embargo, los principales afectados por esas enormes ganancias serán otro tipo de animales, los que por desgracia viven en centros de rescate, a donde han ido a parar no precisamente por voluntad propia. Lo mismo con el tiempo nosotros también acabamos en uno de ellos, ¿no?