A lo largo de sus casi cuatrocientas páginas, los lectores se sumergirán en las vidas de un grupo de amigos nacidos en la Pamplona romana (Pompelo), cuyos destinos darán un giro drástico cuando Servio Sulpicio Galba decide emprender una marcha contra Roma. La novela, ambientada en el siglo I d. C., destaca por una recreación detallada y bien documentada de Pompelo, la antigua Roma y los bosques germánicos del año 68 d.C. 

PERSONAL

Edad y lugar de nacimiento: 30 años, Pamplona/Iruñea.

Formación: Es técnico superior en guía, información y asistencias turísticas.

Carrera profesional: Ha ejercido como guía turístico tanto en Roma como en Edimburgo. En la actualidad, desempeña la misma labor en Pamplona/Iruñea.  

Una novela con premio: Antes de ser publicada por Ediciones Eunate, los primeros compases de Vasconum, luchar y morir bajo las águilas de Roma fueron premiados en un certamen de creación artística, promovido por el Ayuntamiento de Pamplona en 2019. 

¿A quién va dirigida la novela?

Puede resultar atractiva para un amplio abanico de lectores. Evidentemente, el amante de la historia y, en este caso, de la historia romana y la de los vascones, encontrará un bonito aliciente para adentrarse en ella, pero se tratan valores como el de la amistad, el amor, etc. Y, por supuesto, es una novela con fuerte arraigo local, por lo que es una manera de acercarse a tu historia, tu pasado, aunque recalcando que es una novela histórica, no es un ensayo histórico, ni yo un historiador. Soy un apasionado de mi historia que, en este caso, pretendo que sea una ventana desde la cual empezar a investigar e interesarse por ella.

¿Por qué eligió en concreto el siglo I d. C. para ambientarla? 

Y más en concreto los años 68 y 69, años convulsos en los que el imperio romano se encuentra al borde del colapso, sobre todo ese año 69 d. C. conocido como el año de los cuatro emperadores, en el que se sucede la batalla de Asciburgo, donde Tácito cita a las cohortes de vascones salvando a un ejército romano de ser aniquilado por los rebeldes bátavos.

¿Cómo ha abordado la investigación para asegurarse que fuese lo más precisa históricamente?

En primer lugar he bebido de fuentes clásicas y de autores de la talla de Tácito, Flavio Josefo o Tito Livio, además de ensayos históricos redactados por expertos en la materia. Por otra parte, he contado con la ayuda de profesionales y expertos en la materia como, por ejemplo, el profesor Javier Andreu Pintado.

¿Todos los personajes ficticios son de su creación o se ha basado en gente para darles vida?

Al ser ficticios son de creación propia. En el caso de los vascones, utilizando nombres que sabemos eran utilizados en nuestro territorio en época romana, aunque uno de ellos está inspirado en un gran amigo, un hermano, que murió hace tres años. Ha sido un honor y un proceso muy bonito hacerlo.

"Vasconum, luchar y morir bajo las águilas de Roma’ es una novela histórica con fuerte arraigo local”

¿Cómo los desarrolló?

En el caso de la novela histórica es preciso dramatizar, por lo que debe haber buenos y malos. Traté de que cada personaje encarnara ciertos valores, como son el de la amistad, la lealtad, el coraje, la traición, la astucia, el abuso de poder o la codicia.

¿Qué parte ha sido la más complicada de escribir?

No sé si la más complicada, yo diría que la más bonita, por ese vacío que tenemos, es la vida de la gente común, en este caso de los vascones protagonistas de esta novela. Recrear sus vidas, sus sentimientos, sus vivencias, las batallas personales o bélicas. Y, por otra parte, encajar las piezas del complejo período que abarca la novela con lo que yo quería narrar, y comprimir y simplificar hechos y pasajes para hacerla atractiva a un sector de lectores más amplio.

Iñaki Zugarrondo, posando con su libro en Pamplona. Javier Bergasa

¿Hay algún mensaje que espera que los lectores encuentren?

Aparte de los valores mencionados anteriormente, hay un personaje femenino que librará su batalla personal y sufrirá en sus carnes el abuso de poder de las autoridades. Es una manera de reivindicar a esos personajes anónimos que, sin ser mencionados por las crónicas, también ocupan un lugar de relevancia en la historia. Conocemos los nombres de generales, emperadores, senadores, pero del pueblo simple, del ciudadano de a pie, sabemos bien poco.

¿Hay algún aspecto específico de la cultura vascona que haya querido destacar?

En este caso, por ejemplo se hace referencia a deidades de nombre vascónico que, por aras y estelas encontradas, se sabe que se les rendía culto en territorio vascón en época romana. Por ejemplo, la diosa Lacubegi, de la que se encontró un ara votiva en Ujué/Uxue.

¿Cómo era la Pompelo del siglo I d. C.?

Establecida en una estratégica posición, en una terraza natural sobre el río Arga, era punto de encuentro de hasta cuatro vías o calzadas. En el siglo I, Pompelo ya contaba con un foro, en el lugar donde hoy en día está erigida la catedral, un macellum, dos complejos termales monumentales, se han hallado restos de importantes domus, necrópolis… Los expertos la catalogan como “una estructura urbana típicamente romana”. Aún queda mucho por descubrir y analizar, pues es un porcentaje muy pequeño el que se ha excavado.

¿En qué otras zonas de Navarra se desarrolla la acción?

Hay pasajes ambientados en Andelo (actual Mendigorría), Iturissa (cerca de Burguete), la sierra de Abodi o la cascada de Belabarce, entre otros.

"Quiero reivindicar esos personajes anónimos que también ocupan un lugar de relevancia en la historia”

¿Cómo fue en general la relación de los vascones con los romanos? 

Aunque no esté atestiguado, seguramente los primeros contactos entre vascones y romanos se dieron en el contexto de las revueltas íberas (197-195 a. C.). La nula mención a los vascones en el contexto de esta revuelta nos hace suponer que no participaron en enfrentamientos bélicos contra Roma. Es más, por ejemplo, tenemos el famoso bronce de Ascoli, en el que se citan los nombres de varios jinetes vascones, que tras su actuación como soldados a las órdenes de Roma combatieron en las llamadas Guerras Sociales (90 a. C.) se les concedió la ciudadanía romana. Las guerras sertorianas son las que cambiaron para siempre el devenir de los vascones, pues es aquí donde los historiadores romanos los citan por primera vez. En esta guerra civil que enfrentó a dos bandos del senado romano, seguramente hubo ciudades vasconas que se aliaron con Pompeyo y otras con Sertorio. Ahí está el caso del famoso poblado de Irulegi, que fue arrasado por tropas romanas. Tras esta guerra, se inicia una romanización paulatina en territorio vascón, con la fundación de ciudades, construcción de infraestructuras, etc. Y, por supuesto, otro ejemplo de la colaboración de los vascones con Roma es la integración de sus hombres como auxiliares en las legiones romanas, como es el caso de la famosa Cohors II Vasconum, protagonista de esta novela.

Si pudiera pasar unas horas con un personaje histórico, ¿a quién le hubiera gustado conocer?

Muchos, pero ya que estamos hablando de Roma, diría Augusto y Marco Antonio, para conocer las impresiones de los dos hombres que midieron sus fuerzas y se enfrentaron en una guerra civil que acabó con una república ya agonizante, dando inicio a la época imperial tras la victoria de Augusto.

¿Habrá segunda parte?

Dependerá de la aceptación que tenga, aunque tengo varios guiones preparados para la realización de proyectos literarios que abarcan diferentes períodos históricos.