Partiendo de una base tradicional con toques gallegos, con las elaboraciones caseras como clave de los platos, y donde todo se hace “en casa”, el restaurante Maraxe, con su nueva gerencia dese el pasado abril, ha pasado a ser más que una pulpería veterana en Barakaldo. La suya es una apuesta por el producto de primera calidad y un cocinado sencillo, con incidencia en la parrilla.

Así, tienen como especialidades, además del pulpo, los pescados salvajes, y los chuletones especiales. El pulpo lo preparan a feira y a la brasa y entre los productos del mar, los pescados que pueblan su carta son el besugo, rodaballo, rapes, lubina e incluso bogavante a la plancha, a la parrilla o en arroz. Este último también de encargo. Suelen ser piezas para compartir que enseñan al cliente y trinchan en mesa. Les dan un toque a la parrilla y después las pasan al horno.

Las carnes vienen presididas por el chuletón, que sirven sobre piedra caliente para terminar de hacerlo en mesa al gusto del cliente. Los tienen especiales, y hay también entrecot, solomillo, salteado de solomillo y guisos como el rabo y carrilleras.

En imágenes: así es el restaurante Maraxe

En imágenes: así es el restaurante Maraxe Maraxe

El chuletón es de ganado mayor de vacas gallegas o bien de raza Simmental, Black Angus... cada vez con mayor aceptación por comensales que quieren probar carnes diferentes y distintos grados de maduración. Precisamente, disponen de máquina de maduración propia en el establecimiento.

Los postres son caseros, con originales sugerencias como las filloas con relleno de castañas, el flan de crema de orujo o la tarta de quesos gallegos al horno.

Trabajan a la carta y ofrecen un menú especial para grupos de más de cuatro personas. Incluso están estudiando confeccionar también un menú de chuletón.

En imágenes: así es el restaurante Maraxe

En imágenes: así es el restaurante Maraxe Maraxe

En la zona de gastrobar hay opción de picoteo con raciones, la típica empanada, su famosa ensaladilla de pulpo y pintxos.

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Con todo, su bodega se nutre de vinos sobre todo gallegos (godellos, albariños, ribeiros...) más una carta de crianzas y reservas de Rioja y alguna otra D.O.

El comedor acoge hasta 60 comensales en un ambiente actual con detalles de madera, leña cortada y un vistoso botellero iluminado.