La gastronomía y la moda se fusionan para dar vida a un menú inspirado en uno de los más prestigiosos modistos vascos. El arte del chef Eneko Atxa y las creaciones de Cristóbal Balenciaga van de la mano para dar vida a cinco platos que conforman el Menú Cristóbal. Cinco platos en los que el cocinero ha combinado texturas, formas y detalles que fueron fundamentales en las creaciones de los vestidos de Balenciaga y con el que conquista los sentidos.
Chipirón Pelayo, quisquillas, aceite y flores, tartar y geleé vegetal, sedosas kokotxas y como broche final el postre, pan brioche y helado de leche de caserio son los platos con los que Eneko Atxa hace un homenaje al legado y vida del Cristóbal Balenciaga.
Viaje gastronómico
El viaje gastronómico y sensorial comienza desde el lobby del hotel Radisson de Bilbao en el que se ubica el restaurante Eneko Basque y donde se ha instalado una exposición de fotografías con algunos de los vestidos que Balenciaga diseñó a lo largo de su carrera.
Ya en la séptima planta se inicia la experiencia en la que se fusionan los sabores y aromas en cinco platos inspirados en la vida de Balenciaga.
El nuevo director del Radisson, Israel Muñiz fue el anfitrión de una cena amenizada por varios músicos de la orquesta sínfonica de Bilbao y dirigida por el cocinero Iker Barrenetxea-Arando. "Pretendemos que con este menú diseñado expresamente para Bilbao, los comensales vivan una experiencia. Desde el primer momento, desde que entran en el hotel con la exposición, luego con la selección de cócteles que también se han creado inspirados en los cinco diseños icónicos de Balenciaga y como colofón con los cinco platos", aclaró Muñiz.
El recorrido comienza en Getaria. Para ello Eneko Atxa ha elegido como elemento principal del plato el chipirón. Txipiron Pelayo es un símbolo del mar vasco y el primer plato con el que pretende transportar a los comensales a los orígenes de Balenciaga en su Getaria natal.
Al segundo plato le ha llamado Belleza y está compuesto de quisquillas, aceite esencial y flores. A través de esta combinación Eneko hace un guiño a la elegancia, un concepto central en la obra del modisto vasco. En la historia cuanta que tras sus inicios en Donostia, Balenciaga se traslada a París donde se instala en sus salones en el n.10 de la Avenida George V.
En el tercer plato que ha diseñado Eneko Atxa basándose en la carrera de Balenciaga, el chef toma como referencia las formas y el volumen de los diseños.
Un tartar y gelée vegetal emula a las escultóricas formas de las creaciones de Balenciaga; un plato, explica Atxa, que invita a explorar cómo la gastronomía, al igual que la moda, puede transformar ingredientes simples en obras maestras visuales y sensoriales.
El cuarto plato que forma el menú Cristóbal tiene como base las telas sedosas que el modisto de Getaria utilizó para sus vestidos. De este modo, Eneko Atxa tomando las telas como punto de referencia elige las kokotxas, símbolo de la tradición culinaria vasa, para presentarlas en una textura sedosa que evoca a la suavidad de los tejidos que Balenciaga utilizaba.
Por último, el viaje gastronómico por la vida de Balenciaga termina con un postre con dos ciudades cómo referencias. Getaria y París.
Para ello Eneko combina un pan brioche y la leche de caserío. La parte dulce combina los dos elementos , un pueblo pesquero (reflejado en el helado de leche de caserío) y una de la capitales más emblemáticas del mundo (pan brioche). Un final de oro que deja un sabor muy dulce a este recorrido por la vida de uno de los grandes de la moda.