Eran cinco tres los bocadillos de Bilbao que luchaban por ser el mejor del Estado, sin embargo, solamente uno de ellos ha pasado a la final de concurso. Ha sido el Bocatti di Cardinale, del HdH, el que se ha hecho con un puesto en la última fase.

Su propuesta es una focaccia hiperhidratada con aceite de oliva en la base y hierbas provenzales, con un poco de salsa casera trufada con un punto balsámico, sin que la trufa sea 100% protagonista. Patata en cinta, una carne cocinada a fuego muy suave a la que se le añade sal maldon, canónigos baby y parmesano DOP completan el bocadillo.

"Hemos intentado que la focaccia esté muy blanda para que el crujiente venga desde el interior. La sensación más importante la da la carne, que es mantequilla pura", indicaron desde el HdH sobre su propuesta.

Bocatti di Cardinale es uno de los dieciséis finalista del concurso y el único de Euskadi en entrar en esta última fase que se decidirá el próximo 4 de junio tras una cata a ciegas con un jurado profesional.

Dos propuestas de Bilbao, a las puertas de la final

Los otros dos bocadillos que optaban a entrar en esa final eran los de Bokat y Zurekin. La propuesta de Bokat tenía como protagonista el pollo asado estilo cervecera. El resto de ingredientes de este bocadillo eran ketchup menta, queso parmesano, una salsa de alioli miel, salsa picante, brotes de cebolla, hito togarasi, pimentón y tomate cherri.

La propuesta del bocata de Zurekin, por su parte, era en formato roll y se gestó bajo el nombre de Stracciatella de KM0, ya que el queso stracciatella, uno de sus ingredientes principales del bocadillo, venía desde Begoña. Este se mezcla junto con una base de rúcula y fresa encurtida en vinagre de arroz que se mezclan con una vinagreta dulce de frutos secos y pasas. El pan brioche está untado con pesto verde y acompañado de un helado de limón y albahaca, acabado almendra fileteada y tostada y parmesano.