El valor de lo auténtico, un valioso legado en el Arri-Toki en Mañaria

La segunda generación familiar –dos hijos– ha tomado el relevo de su madre, Eufemi, al frente del negocio durante 17 años. Y lo han hecho dispuestos a seguir poniendo en valor el gusto por los sabores auténticos bajo el prisma de la sencillez y con la misma oferta gastronómica de siempre.

Cocina tradicional al calor del fuego bajo en un baserri. Arri-Toki

De su mano, el comensal puede degustar allí, como en familia, un menú del día que alaba lo casero (puchero, verduras de huertas cercanas...) y que sirven de lunes a viernes. Su oficio en la cocina brilla con los chipirones en su tinta elaborados con una receta de Lekeitio, los callos y morros a la vizcaina y los pimientos rellenos de carne o de bacalao. Sin olvidar algo tan sencillo como una ensalada mixta, que conquista con su sabor en un canto a la sencillez, sin florituras, poniendo en valor el género de cercanía, con especial mención al tomate selecto.

En el capítulo de carnes recomiendan sus chuletas de vaca y de ternera, de ganado de los alrededores. Por su parte, los pescados se preparan de encargo, como el marisco.

Los postres son caseros –a excepción del helado–, encumbrados por la cuajada casera con leche de oveja, el flan de huevo, el arroz con leche, las natillas o el infalible queso de Izurza con membrillo.

En bodega imperan los vinos de Rioja, que son los más demandados para acompañar a las recetas de toda la vida.

Abren de lunes a sábado y a diario ofrecen también cenas a la carta. El sábado trabajan con la fórmula de las cazuelitas y para grupos, con menú especial.

En sus dos comedores en dos plantas, arriba con capacidad para 20/25 personas y abajo hasta 40 pax, el servicio es rápido, destacan sus responsables. En ellos, el comensal disfrutará de lo que en Arri-Toki consideran fundamental: todo el género elaborado en casa.