Distinción y producto local en el marco de un palacio en Mundaka

Entre sus recomendaciones, la dorada a la brasa con espuma de mejillones sobre arroz venere y salsa de guisantes o el atún rojo en temporada. Los pescados y mariscos les llegan en su mayoría directamente de puertos cercanos como Bermeo y Ondarroa, con máxima garantía de frescor.

No obstante, la carta tienta también con una pluma a la parrilla, el lingote de rabo y el taco de chuleta madurado. Para poner un punto final especial al ágape elaboran postres como el bavaroise de maracuyá o la torrija de la casa. Si bien en estas fechas navideñas, el turrón de pistacho con crema hará las delicias del comensal.

Su carta cambia cada temporada, variando los platos con los que buscan deleitar al comensal que visita el palacio Larrinaga.

Vista del comedor

Además de la carta, ofrecen menú del día de miércoles a viernes y un menú degustación para grupos, así como menús concertados. En ambos casos previa reserva.

Para armonizar con su cocina, la bodega del restaurante Luruna atesora vinos de Rioja e incluso internacionales, de Alemania, por ejemplo, además de txakolis de la zona, y de Gipuzkoa y Araba también. A ello se suman los cavas y champagnes. En el comedor, ubicado en la primera planta del palacio, asesoran al comensal que lo desee para una armonía perfecta entre sus elaboraciones de cocina y las referencias en bodega.

Todo ello marca la distinción en este restaurante, que conjuga elementos estructurales del palacio con otros de diseño más actual.

Con la apertura del restaurante Luruna, el Palacio Larrinaga de Mundaka completa su oferta hostelera, que brinda también la cafetería 1888 y la terraza.