¿Cuánto es lo máximo que pagaría por una hamburguesa?

Como uno de los platos más consumidos y reconocidos a nivel mundial, la hamburguesa, puede llegar a ser un plato privilegiado, que, pocos pueden degustar.

Este es el caso del lujoso bistrò Felur. Ubicado en el lujoso casino resort Mandalay Bay, en las Vegas, Estados Unidos. En el establecimiento se sirve la ‘Fleuburger 5000’, la más cara del planeta.

Compuesta por una carne de Wagyu, dos redondos y crujientes panes la acompañan. Varias salsas, queso y algunos vegetales hacen de este plato, un cinco estrellas internacional. La porción bovina también incluye foie gras, de exclusivos gansos, y trufa negra.

Los creadores apuestan por acompañar este plato con delicias de patata y un cáliz de Château Petrus, cosecha 1995. El coste tan elevado, hace, que, solamente unos pocos puedan disfrutar del plato ‘gourmet’. Su coste alcanza los 4.120 euros.

Manjares de cinco estrellas

Pero este plato no compite solo. Otra de las hamburguesas de precios exorbitantes es la ‘Glamburger’. El restaurante Honky Tonk, ubicado en el barrio de Chelsea, Londres, también tiene un precio inconquistable. Con un total de 1.100 libras, o en nuestro caso, nada más y nada menos que 1.700 euros.

Este lujoso manjar compuesta por carne de Kobe, también lleva langosta, caviar, trufa negra y un huevo de los patos más selectos. Además, el plato se adorna con una hoja de oro comestible.

Pero si su paladar no quiere viajar tan lejos, nuestro país también cuenta con productos similares. En este caso, nos desplazamos a la costa Malagueña.

El establecimiento, Gottan Grill, Málaga, está considerada como una de las más prestigiosas del continente europeo. El precio asciende a 1.950 euros. Frente a una combinación de chuletón de rubia gallega, con sello de Discarlux, la hamburguesa se presenta para los paladares más selectos.

Le acompañan dos gruesas rebanadas de foie Lafitte de Oca Montaut, caviar belga, queso payoyo con tempura en Moët Chandon Rosé. Pan brioche con finas semillas de amapola y la guinda final: placas de oro fino comestible, concretamente de 22 quilates.

Pero, ¿quieren más? Todavía queda algo. Este rocambolesco plato se sirve sujeto a un palo con inclustaciones de Swaroski. Lo que está claro, es, que, esta hamburguesa es difícil de derribar.