El Portugalete cae ante el Alavés y se despide de la Copa

No hubo sorpresa en La Florida. El Deportivo Alavés supo adaptarse a este tipo de partidos, como si fuera un camaleón, y no dio opción al Portugalete. Marcó muy pronto y cuando más se acercaban los de casa a una posible igualada sentenció con dos tantos más. La entrega de los de Ezkerraldea y su voluntad quedó patente pero no dio como para hacerle un gol al rival. Una pena.

Egoitz Bilbao presentaba un once calcado al que presentó frente al Valladolid, excepto el lesionado Quintana, que dejó su sitio a Llamazares. Hombre por hombre. Por su parte, el Alavés empezó con un once también similar al de Gobela menos Ballestero, Parada, Ibáñez y Rebbach, en su lugar Aleña, Egoitz Muñoz, Youssef y Toni Martínez. Nada más empezar, Crespo se escapó en carrera, Diarra le cortó el paso y Pedro Belar se encontró el balón y la oportunidad de adelantar al Portu. Pero su remate se marchó desviado. Fue la gran oportunidad.

Sin embargo, la primera llegada del Alavés por el flanco derecho encontró a Carlos Vicente, que no perdonó con un gran disparo que se coló por la escuadra. Las cosas no empezaban bien para los locales. La diferencia de categoría se reflejaba en las áreas. El Alavés no perdonaba. En una falta al área visitante Recio cabeceó el esférico en el segundo palo y el balón acabó en el lateral de la red. El Deportivo tomó la decisión de replegarse a su terreno. A la espera. En carrera se presentó Toni Martínez en el área jarrillera e Ibon adivinó su intención para responder con acierto con los pies. Después, Del Cura remató de cabeza a la salida de un córner.

El Portugalete quería el empate y el Alavés buscaba enfriar los ánimos locales. A la media hora, Xabi Gómez quiso emular el partido frente al Valladolid, pero su disparo lo atajó Raúl Fernández por bajo. Todo un muro en La Florida. Ibon sacó en largo hasta el borde del área y Llamazares recogió el rechace, pero sin puntería de cara a la puerta rival. Ibon estuvo atento a un envío desde la izquierda de Youssef. El Portugalete se marchaba al descanso sin premio en el marcador, pero ofreciendo una muy buena imagen ante su público.

La segunda parte comenzó igual. El conjunto de Ezkerraldea llevaba la iniciativa, pero le costaba llegar a línea de tres cuartos. Línea de cuatro en la defensa gasteiztarra y de cinco en la retaguardia jarrillera. Todo igual. El mismo escenario. Protesoni mantenía una vigilancia especial sobre Xabi Gómez. Sabía de su diablura frente al Valladolid. Crespo se marchó por banda izquierda de Carlos Vicente, pero su centro acabó en las manos de Raúl Fernández. Toni Martínez repitió acción, como en el primer acto, se marchó en carrera y su finalización la neutralizó Ibon con los pies como si fuera un portero de balonmano.

El Portugalete lo buscaba por ambas bandas, pero sin embargo se encontraba con una defensa visitante muy ordenada. El Deportivo Alavés buscaba la rapidez de sus puntas, Mariano se escapó en carrera para encontrarse con Tapiador que le impidió el remate final. En la otra área, Xabi Gómez no pudo controlar un balón asistido desde la izquierda. Pedro Belar centró con peligro desde la derecha y el balón se paseó por el área albiazul. A los pies de Youseff se la jugó Ibon González para evitar una peligrosa entrada por la izquierda. Y a la salida del saque de esquina cabeceó Protesoni para encontrarse de nuevo con Ibon.

Entonces, cuando mejor parecían los de casa, llegó el segundo. Primero Alfaro lo intentó por bajo, en una segunda jugada tras un córner, pero apareció Raúl para evitar la igualada. Seguido, Alex Pérez cayó en el área y el árbitro le sacó tarjeta. La grada pedía pena máxima y el árbitro sentenció con un castigo abultado para el delantero. Tarjeta amarilla. Con los ánimos exaltados en la grada local, el Alavés se lanzó al ataque y en un centro de Toni Martínez Tapiador en propia puerta hizo subir el segundo al marcador. Un mazazo en forma de sentencia. El balón entró por toda la escuadra. El Portugalete siguió intentándolo. El balón llegaba al área, pero Raúl Fernández evitaba cualquier atisbo de igualada. No enganchó Lete un balón llovido al área. Poco más pasó ya. Impotencia jarrillera y comodidad babazorra. Y un gol sobre la bocina de Toni Martínez que recogió el regalo de Carlos Vicente. No hubo tanta diferencia sobre el terreno de juego, aunque sí en el resultado.