Eduardo Rivacoba: “Después del partido voy a ser uno de los tíos más felices de Portugalete”
Comprometido de lleno con su cargo, el presidente del Portugalete vive todo con gran intensidad antes de recibir mañana (19.00 horas) al Alavés en la Copa
Eduardo Rivacoba no para en las últimas jornadas. Con la histórica eliminatoria del torneo del K.O. ante el Alavés a la vuelta de la esquina, el máximo responsable del Portugalete espera que todo salga a pedir de boca en La Florida y que su equipo le plante cara al rival de Primera División.
¿Cómo van los preparativos? ¿Mucho follón?
—Terrible. Es como si en una semana pasamos a convertirnos en un equipo profesional, por todas las gestiones que se están teniendo que hacer en torno al partido. Es algo increíble.
¿Y están a la altura? ¿Se llega a todo?
—Sí. Llego a todo. Primero, con mucho sacrificio personal, ya que yo trabajo, con una responsabilidad, pero lo palío, a veces, levantándome a las cuatro de la mañana para trabajar hasta las ocho, para luego poder hacer, de nueve a una, cosas para el club. Trabajando los siete días de la semana también.
¿Y no le dicen que está loco?
—Alguien podría tildarlo así. Incluso algunos compañeros de empresa me dicen, que como tengo ilusión y me gusta esto, que sarna con gusto no pica. Algo así es….
Pero, ¿no estará solo?
—Claro que no. Tengo un grupo de directivos y directivas, más algunos colaboradores cercanos, que me ayudan mucho y todo esto sirve para unirnos. Después de las tareas que hacemos durante el día, nos tomamos un ágape en el ambigú, como si fuera una reunión de amigos y volvemos a casa cansados, pero con una sonrisa.
¿Es mucho más esfuerzo que contra el Valladolid?
—Muchísimo más. No tiene nada que ver. Lo del Valladolid fue un poco estresante por el tema de que la Ertzaintza que, con mucho criterio, declaró el partido de alto riesgo, porque había posibilidades de que vinieran grupos radicales de derechas y aquí se podía montar una gorda. Eso generó un poco de desasosiego. Sobre todo, porque hay sectores que utilizan el deporte para la política y nos afeaba un poco el evento. Gracias a dios no pasó nada.
¿Y está usted agobiado?
—Estoy muy contento, porque creo que hemos ido trabajando en etapas. Hace dos semanas estuve un poco agobiado porque tuvimos que cerrar el tema de los aforos, accesos, tipos de entradas…. Todo lleva una lógica que hay que razonarla, decidirla y aplicarla. No estoy agobiado; un poco cansado igual sí.
¿Y cuándo acabe todo esto, no teme a caer como un suflé?
—Para mí, seguro que sí. El siguiente fin de semana largo seguro que me pega un bajonazo físico. Ahora, como estoy en tensión, no lo notas y tiras, el cerebro está adiestrado para estar en este modo hasta el martes a la noche. Y a esa hora voy a ser uno de los tíos más felices de Portugalete.
¿Le da miedo el 0-7 que el Alavés le endosó al Getxo en Gobela en la primera ronda?
—Punto uno, el Alavés es un equipo de Primera y nosotros somos un equipo de la quinta categoría. Hay que tenerlo claro, porque si no, nos engañamos. La empresa es muy difícil. Punto dos, el 0-7 no me da ningún miedo. Nosotros también jugamos un partido amistoso y les ganamos 0-5. Con lo cual, ese dato no vale. Vale el primero. Luego, habrán analizado nuestra victoria, incluso merecida contra el Valladolid, como para no tomarse el partido en balde.
¿Ve opciones de pasar de ronda?
—Son escasísimas. Pero si hay uno de los deportes en el cual se pueden dar resultados sorprendentes, ese es el fútbol. Y me consta que la dirección deportiva, el cuerpo técnico y los jugadores, mientras tengan un uno por ciento de opciones, lo van a luchar. Y si hay un sitio donde podemos llegar a ese porcentaje, es La Florida.
¿Cómo está la plantilla?
—Mantienen al segundo clasificado a siete puntos, pero a base de trabajo diario. Y el otro día en el entreno me dijeron que la intensidad fue impresionante. Veo al equipo entre bien y muy bien.
¿Cuál es la clave?
—Sobre todo, por el entrenador. Es el mayor acierto de todos. Todo machimbra entre ellos. Su forma de ser y lo que quiere del equipo, con la forma de ser de los futbolistas y lo que quieren aportar individual y colectivamente.
Además, Egoitz Bilbao está bien acompañado.
—Tiene un equipo técnico muy bueno. Con Arman Imaz estamos muy contentos, también con Javi Vadillo, el fisio y entrenador de porteros aportan mucho en cada una de sus facetas...
Tiene pinta de que este año va a ser posible el ascenso.
—Yo creo que sí. Lo que nadie puede decir del Portu es que no cesamos de intentarlo cada año. Incluso nos hemos repuesto a golpes durísimos, como Yaiza y el año pasado Beasain. Pero a esta junta directiva no se le puede echar nada en cara, ya que se repone, renace, aprende de sus errores, tira adelante y en ese aprendizaje acabas maquillando el equipo para mejor y creemos que este año tenemos la posibilidad real de ascender como primero.
Esto tiene un riesgo.
—Como responsables del club es cierto que también nos toca eliminar ciertas partes de euforia externa. Estaremos contentos si pensamos en el siguiente partido, si no nos estamos equivocando. Tenemos que mantener el equilibrio desde nuestra responsabilidad. Hay un alma mater en esta forma de pensar que es el entrenador. Y a partir de ahí todo fluye mejor.
Esta segunda eliminatoria de la Copa va a ser una gran inyección económica para el Portugalete.
—La eliminatoria sirve de estímulo económico al club. Somos responsables con todas las situaciones que se nos dan diariamente durante la temporada. Pero claro que esto es un colchón.