Unai Emery está en apuros en el Aston Villa
El técnico hondarribiarra atraviesa su peor momento como entrenador de un equipo que tras una reestructuración financiera aún no ha ganado esta temporada y que pierde a Monchi, quien ha renunciado a la dirección deportiva
En noviembre de 2022 Unai Emery emprendió una arriesgada aventura en el Aston Villa. Habitual de las competiciones europeas, el técnico de Hondarribia se adentraba en la boca de un lobo. Se hizo cargo de un club referente, uno de los seis únicos equipos ingleses que han conquistado la Copa de Europa. Pero la suya era otra época bien distinta. Lejos, demasiado, quedaba aquel magnífico 1982 que vio a los villanos gobernar el continente.
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Por contextualizar la situación del Aston Villa antes de la llegada de Emery cabe señalar que el club ascendió a la Premier League en 2019 tras descender en 2016. En las tres siguientes temporadas fue 17º, a un punto de caer de nuevo al abismo, 11º y 14º. Es decir, el reto como institución era consolidar al equipo en la máxima categoría. Emery recaló en el banquillo con el curso en marcha, producto de la destitución de Steven Gerrard –ganó dos de los once primeros partidos– y el final de la interinidad de Aaron Danks, que en dos partidos logró sacar al equipo del pozo. Aquel 1 de noviembre del 2022 el Aston Villa ocupaba la decimocuarta posición, a tres puntos del descenso. Coqueteaba con una nueva caída.
Llegaron sin embargo tiempos de rosas y champán en el Villa Park. Emery cambió la cara del club. Recondujo la marcha y clasificó al equipo para la Conference League al acabar séptimo. En la segunda campaña, la 2023-24, lideró el viaje hacia otra dimensión: 41 años después devolvió al club a la Champions League con una inversión de 111 millones de euros en fichajes. La cifra se duplicó de cara a la siguiente temporada: 214 millones. Desde el retorno a la Premier en 2019 hasta la actualidad, la suma asciende a alrededor de 800 millones. El Aston Villa se subió a la ola de las grandes inversiones del fútbol inglés.
El gasto, la dirección deportiva de Monchi y la dirección técnica de Emery llevaron al club hasta los cuartos de final de la pasada edición de la Champions, donde cayó por la diferencia de un solo gol ante el futuro campeón, el Paris Saint-Germain. En los dominios de la liga, los villanos fueron sextos en lo que se entendió como una recesión, una decepción teniendo en cuenta que empataron a 66 puntos con el quinto clasificado, un Newcastle que accedió a la máxima competición europea. La realidad es que el Villa repetía concurso europeo, algo nada habitual en la era moderna. Por tercer año, Emery situaba al club en el Viejo Continente.
El desequilibrio financiero conduce a incumplir el Fair Play
Las ansias por reverdecer tiempos pretéritos impulsaron a la dirección del club a realizar un gasto solo sostenible a nivel de ingresos con nuevas clasificaciones para la Champions. La venta de Jhon Duran al Al-Nassr por 77 millones en el pasado mercado invernal no fue suficiente para alcanzar el equilibrio. El club incumplió el Fair Play financiero y fue multado con 11 millones, por lo que este verano la inversión, la más baja de la Premier, se limitó a 30,5 millones, los correspondientes a Guessand (30) y Bizot (0,5). Significa que destinó 206 millones en reforzar la plantilla que el sexto con mayor inversión (Nottingham Forest), posición clasificatoria en la que finalizó la temporada anterior. Llegaron cedidos Elliot y Jadon Sancho, y Lindelof con la carta de libertad. Por contra, abandonaron el club Bailey, Barrenechea, Álex Moreno, Coutinho o Ramsey, traspasado por 41 millones. Además regresaron a sus clubes los cedidos Rashford, Asensio, Iling-Junior y Disasi.
Las consecuencias no se han hecho esperar. El Aston Villa, antepenúltimo, no ha ganado ninguno de los cinco primeros partidos de la Premier –tres empates y dos derrotas–. Es la tercera vez que ocurre en la historia del club; las anteriores fueron en la 1919-20 y la 1964-65. Para ahondar en la crisis, los villanos fueron eliminados en la primera ronda de la Copa de la Liga al caer ante el Brentford en los penaltis (1-1 en el tiempo reglamentario y 4-2 en la tanda).
El último duelo, frente al Sunderland (1-1), posterior a los que enfrentó contra Everton (0-0), Crystal Palace (0-3), Brentford (1-0) y Newcastle (0-0), hizo estallar a Emery al ver la incapacidad de sus pupilos de imponerse a un equipo con un jugador menos desde el minuto 33. Como anécdota quedó el hecho de que el defensa Matty Cash logró el primer tanto en liga para los villanos. La falta de gol ha sido otra losa.
“Estoy frustrado y decepcionado. Necesitamos recuperar nuestra identidad y la confianza. No estamos jugando con la identidad que hemos demostrado en los últimos tres años. Para mí, no es suficiente”, criticó el hondarribiarra, que tildó de “perezosos” a sus jugadores por la falta de actitud en acciones defensivas. “Estoy un poco preocupado”, concluyó.
Monchi se baja del barco y Olabe será el sustituto
A la confesión del entrenador le ha seguido horas después la renuncia de Monchi a permanecer en el cargo de director deportivo. El gaditano entiende que se ha agotado un ciclo, especialmente viendo su escaso margen de maniobra producto de los recortes económicos. Una noticia que sitúa al Aston Villa en aprietos, ya que fue el arquitecto de unos villanos de Champions. Roberto Olabe, que dejó la Real Sociedad el pasado junio, será el relevo, tal y como informa The Athletic.
Emery atraviesa por su peor momento en el club de Birmingham. Al frente abierto de la situación financiera se unen los malos resultados y la incertidumbre en la planificación deportiva. La renovación de contrato en 2024 hasta junio de 2029 hace pensar que el técnico gozará de margen de confianza. Al fin y al cabo, ya rescató al equipo de una situación comprometida. Este mismo jueves llegará una nueva prueba de fuego con el estreno en la Europa League ante el Bolonia, una ocasión para mostrar la valía como entrenador, sacudirse apuros y tratar de sepultar la crisis.
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