Imanol de la Sota (Santurtzi, 2 de abril de 1975) ha hecho historia en el Barakaldo, en el que ejerce desde el verano de 2022. En este periodo ha logrado dos ascensos consecutivos, de Tercera RFEF a Primera RFEF, y el pasado sábado alcanzó la cifra de 100 partidos oficiales en el banquillo gualdinegro, aunque, dice, “lo mejor está por llegar”. Un futuro a corto plazo que pasa por el derbi de Ezkerraldea del sábado ante el Sestao River y que vuelve a Lasesarre ocho años y medio después del anterior, en la campaña 2016-17, y resuelto entonces con tablas (1-1).

Alcanzó el pasado sábado en Tajonar los 100 partidos en el banquillo del Barakaldo. ¿Qué se le pasa por la cabeza cuando se pone el acento en esa cifra?

—Hoy en día, como está la vida del entrenador, llegar a 100 partidos en un club es algo precioso. Son dos ascensos y con partidos preciosos, se ha llenado Lasesarre un par de veces, con partidos de Copa, con eliminatorias de play-off… Ahora estás metido en faena y a estos 100 partidos no les das el valor que quizá con el tiempo sí se les dé, porque la vida de los entrenadores es un continuo día a día y encima el fútbol es un deporte en el que vale lo presente, lo demás se valorará con el tiempo.

¡Quién se lo iba a decir aquel septiembre de 2022 cuando debutó en Ondarroa ante el Aurrera!

—Si te lo dicen, no te lo crees y siempre hay que pensar en que lo mejor está por llegar, esperemos que sean muchísimos más.

¿Lo mejor por llegar sería el play-o-ff y por qué no un tercer ascenso consecutivo?

—Soñar es lo más bonito que hay. Estamos haciendo una gran temporada, es una categoría muy exigente y hay que dar valor sobre todo a los que llevamos andado. Somos muchos los que estamos en el club que hace dos años y medio largos estábamos jugando en Ondarroa y hoy estamos en una categoría ya digamos profesional y con una exigencia brutal.

¿Con qué partido o con qué momento se queda?

—He vivido muchos partidos muy bonitos, pero quizás igual el del primer ascenso ante el Anaitasuna sea especial y luego el de Orihuela por la situación que era otro ascenso y que veníamos de un resultado bastante adverso allí. Son dos momentos muy especiales, pero hay muchos, como el partido de Copa que es el primer lleno de Lasesarre contra el Málaga.

¿En qué ha cambiado Imanol de la Sota desde que ejerce en el banquillo del Barakaldo?

—En que he vivido mucha felicidad y me siento muy querido. En lo demás yo sigo siendo el mismo, la vida del entrenador es un continuo aprendizaje y un continuo moldear, de crecer tanto en los momentos buenos como en los malos.

¿Qué sigue siendo innegociable para Imanol como entrenador?

—El no dejarte nada dentro, ir al límite, el conseguir que el equipo compita en las circunstancias que se den. Es mi ADN y creo que por eso he congeniado mucho con la historia y con el club, porque el Barakaldo te lo exige y es lo que gusta a la gente, ver a un equipo valiente y un equipo que compita en todo momento, tanto cuando las cosas van de cara como cuando no van de cara, que sea un equipo que no se deje nada dentro.

La efemérides de los 100 partidos, en cambio, es un poco agridulce por la derrota en Tajonar y son ya cinco jornadas consecutivas sin ganar ¿Son sus peores momentos en el Barakaldo?

—Respecto a resultados, sí; respecto a lo demás, hemos vivido momentos muy buenos, hemos vivido una temporada sin perder ni un partido, en dos temporadas solo hemos perdido tres partidos y hemos buscado la normalidad en todo ello. Ahora se está en una racha en la que está costando sacar puntos, pero hay que vivirlo con la misma normalidad y, sobre todo, no preocuparse sino ocuparse en buscar soluciones y ayudar a los jugadores que estén lo más preparados posibles para los siguientes resultados. Obviamente, estar dos categorías más arriba de lo que estabas, la exigencia es muy grande y yo me quedo que en estos cinco partidos hemos competido en todos y nadie nos ha pasado por encima.

¿Qué les ha faltado para no haber sacado una victoria?

—Ahora estamos en un momento en que los partidos son tan cerrados que los pequeños detalles son importantes y en esos momentos en los que tienes que tener algo de fortuna creo que nos está faltando.

Cuando los resultados no acompañan se suele echar de menos a los que no están y me refiero, en concreto, a Maroan Sannadi. ¿Cómo encajó la salida al Athletic de un futbolista tan determinante?

—Era un jugador muy importante para nosotros y para la categoría, pero tampoco hay que darle más vueltas, hay que ver el nivel que está dando él, hay que ver que los que estamos aquí le hemos ayudado a dar ese gran paso. Él nos ha ayudado, es alguien súper querido, no somos un club de poner excusas y hay que seguir hacia adelante. Creo que sí que lo superamos.

¿Le hizo cambiar su idea?

—No, seguimos siendo los mismos e intentando hacer las mismas cosas. La cuestión es que en la primera vuelta tampoco habíamos tenido problemas de lesiones y en esta segunda, desde la salida de Maru, sí que hemos tenido una racha en la que… pero hay que convivir con ello.

Cuando uno se sube a la ola todos son parabienes, pero cuando los resultados no acompañan se habla de otra cosa, surgen dudas…

—Según vas subiendo de categoría cada vez es más difícil y lo que hay que intentar es lo que hemos hecho en esos dos años espectaculares con dos ascensos, llevarlo todo a la normalidad y a lo que creo que nos ha llevado hasta aquí, que es al trabajo, a la humildad, a la competencia interna y al saber que hay que competir cada minuto como si fuera el último.

¿No se han generado muchas expectativas y ahora parece que cuesta asumir haber salido del play-off tras 15 jornadas consecutivas en el mismo?

—No sé cómo pensarán los demás, pero creo que la masa social está orgullosa del equipo, estaremos entre los tres presupuestos más bajos de toda la categoría y venimos muchísimos de estar en Tercera RFEF hace nada.

Pero los rivales les consideraban candidatos.

—Hombre, por la primera vuelta que habíamos hecho y por cómo competimos, obviamente, y notamos que nos tienen un respeto, porque nos lo hemos ganado. Estamos compitiendo muy bien porque vamos al límite y lo que tenemos que intentar es seguir yendo a ese límite, sabiendo dónde estamos y quiénes somos. Nuestro objetivo sigue siendo el mismo, llegar a esos 48 puntos y seguir siendo ambiciosos.

¿Cómo se gestiona el derbi?

—Creo que es más desde fuera, los que estamos dentro, tanto nosotros como el Sestao, queremos llevar una semana de trabajo, de ayudar a los jugadores a que vayan lo más preparados posibles. Es una pena que haya caído en Semana Santa, porque se vivió un ambiente precioso en Las Llanas y aquí se vivirá, pero estas fechas restan asistencia.

¿Qué le preocupa del derbi?

—Te preocupa lo que te preocupan todos los partidos, intentar llegar bien, intentar que los jugadores lleguen con la mayor información posible para competir bien y luego enfrente hay un buen rival que también está con sus necesidades de sacar puntos.

¿El River de Igor Oca es diferente al de Ángel Viadero?

—Han tenido una eficacia que quizá en muchos momentos, sobre todo en Las Llanas, no la han tenido, porque yo al River le he visto muchísimo en Las Llanas y, tanto con Ángel como con Igor, es un equipo que ha generado las mismas o más situaciones que los rivales y no ha tenido la eficacia necesaria.

En estas tres temporadas en el Barakaldo, ¿ha habido algún jugador que le ha sorprendido sobremanera?

—He visto crecer a muchísimos jugadores, de los que tengo ahora y de algunos que ya no están. Quizá el crecimiento más espectacular, y hay que ver dónde están, ha sido el de (Endika) Buján y, sobre todo, el de Maroan. Sabíamos que era buen jugador, pero al final venía de Segunda RFEF. Es por la rapidez en la que ha crecido, porque en el día a día se le veía ese crecimiento brutal. Aquí en estos años he visto muchos jugadores que han dado un gran paso hacia adelante y que están muy cerca del fútbol profesional, como los casos de Huidobro, de Ekain, de Pedernales, de Pablo, de Artetxe, de muchos otros jugadores...

¿Tiene alergia a sentarse en el banquillo? Siempre se le ve de pie, andando, sentado sobre esa nevera inseparable…

—Más que nada es porque soy muy intenso y el estar sentado me incomoda, sin más.

¿Se ve una cuarta temporada en el Barakaldo ascienda o no ascienda?

—Estoy en un sitio en el que me siento muy querido y en el que soy un gualdinegro más. Son 100 partidos los que llevamos, ojalá sean muchísimos más porque eso quiere decir que todo el mundo estaría contento, la gente que me rodea, la afición y yo, entonces es el sitio en el que…

Se lo pregunto de otra manera. ¿Joseba Núñez, el director deportivo, le ha trasladado un hipotético deseo de que quiere renovarle?

—Ahora no es momento de hablar de esas cosas, estamos en el tramo más importante de toda la temporada y hay que estar centrados en seguir sacando puntos, primero esos 48 y luego ojalá agarremos una racha buena y se pueda soñar con cosas preciosas.

¿Y el partido de sábado les va a decir hasta dónde pueden llegar?

—Soy de los que opina que en el fútbol nada marca. Puedes perder el sábado y luego ganar los cinco siguientes, o puedes ganar el del sábado y luego no ganar ninguno. Lo importante en el fútbol es el momento. No importa nada más.