“Es un mazazo muy importante”. La reflexión que soltó Natxo González, técnico del Amorebieta, sobre la derrota que sufrió el domingo su equipo en Urritxe ante una Real Sociedad B, cuarta clasificada de este grupo I de Primera RFEF, que hizo lo justo para llevarse el gato al agua, es bien indicativa de la aflicción que sacude a todo el entorno de la entidad zornotzarra que, salvo un giro radical en la dinámica de resultados en las siete jornadas que restan, está abocada a sufrir un segundo descenso consecutivo de categoría, lo que prácticamente nadie vaticinaba en el arranque de la liga cuando se tenía al colectivo azul, procedente de LaLiga Hypermotion, como uno de los aspirantes a convivir en la parte alta. La realidad ha dibujado un desenlace dispar para un Amorebieta que se desangra en la última plaza de la clasificación y al que solo le queda encomiarse a un milagro para lograr una permanencia que, a día de hoy, la otea a nueve puntos de distancia y con únicamente 21 puntos en juego. La resignación es evidente, como así lo ratificó el propio entrenador tras este nuevo fiasco: “Tenemos que seguir hasta el final, apurar las últimas opciones que nos quedan”.

La derrota dolió y mucho en las entrañas de un Amorebieta que contrajo méritos suficientes para, por lo menos, no perder en Urritxe seis meses después de que lo hiciera la anterior ocasión, entonces paradójicamente ante el Bilbao Athletic, al que rinde visita este sábado en Lezama. Un derbi que se proyecta complicado para un conjunto azul que no ha sido capaz de ganar partido alguno como visitante, una estadística nefasta que explica gran parte de sus males, al mismo tiempo que en las cinco jornadas precedentes ha sido el peor equipo de todo el grupo por culpa de sus únicos tres puntos sumados en ese tramo, una ineficacia que le penaliza muchísimo, sobre todo porque rivales directos ya se han distanciado gracias a sus buenos números, como son los casos del Celta Fortuna, Osasuna Promesas, Sestao River o Gimnástica Segoviana, una brecha que genera más pesimismo que optimismo pese a que el técnico gasteiztarra ponga en valor las prestaciones de sus pupilos: “El equipo hace bien muchas cosas, en actitud, con muy buenos momentos de juego, genera, le generan poco y tienes poco premio. Con lo que hacemos no nos da, tampoco tenemos esa pizca de suerte que se necesita y por eso estoy dolido”.

La derrota del Amorebieta frente al primer filial realista llegó acompañada de otra mala noticia, la expulsión del delantero Álvaro Marín, ubicado en el banquillo tras ser sustituido, por las protestas reiteradas al colegiado que formuló según recoge el acta, por lo que el navarro, cedido por el Athletic, no podrá comparecer el sábado en el derbi de Lezama.