Javier Landeta (Leioa, 5 de marzo de 1959) apura su mandato como presidente de la Federación Vasca de Fútbol (FVF) y 24 horas después de anunciar a su Junta Directiva que no optará a la reelección atiende a DEIA en una larga conversación en la que hace un repaso a sus cuatro años de mandato, en la que se pronuncia sobre el proceso electoral, sobre la oficialidad de la euskal selekzioa y sobre otras cuestiones, aunque debe convocar una nueva Asamblea Extraordinaria porque el lunes la modificación de los Estatutos no tuvo el respaldo necesario del mínimo de dos tercios de los votos emitidos, lo que causa un retraso de la cita con las urnas, que se prevé para finales del mes de abril o inicios de mayo.
¿Por qué ha decidido no optar a la reelección?
—Ha sido una decisión muy meditada. Las elecciones iban a ser en el año olímpico, con lo cual he tenido más de un año para darle vueltas. He cumplido con mi compromiso con la sociedad y con el fútbol, de estar en primera línea. Con la edad que tengo (66 años) no me veo cuatro años más, llegando a los 70 años.
Aunque hay presidentes que tienen más de 70 años y sí se presentan a la reelección.
—Yo respeto las decisiones de los demás. Vida no hay más que una y hay que saber dosificarse en todo, y también en esto. No ha sido un tema de descontento, ni por agotamiento.
Lo lleva meditando desde junio pasado. ¿Qué ha ocurrido para que lo anunciara tan tarde, prácticamente a última hora?
—Porque juegan muchos parámetros y he tenido que dar muchas vueltas. Tampoco estaba convencido de dejarlo. Si hubiese estado convencido, lo habría dicho en junio y así los posibles candidatos sabrían que Javier Landeta no iba a estar en la carrera electoral. La gente suele decir: Yo sigo porque me lo piden. Hay mucha gente que me ha pedido que siguiera. No me gusta defraudar a la gente cercana a mí, pero tampoco me gusta defraudarme a mí mismo. Y, en todo ese balance, por el bien mío y por el bien de todos, creo que es la decisión correcta.
Dentro de esos parámetros que comenta, ¿uno de ellos puede ser que se ha esperado a encontrar una persona que podría liderar una plancha, digamos, continuista o de consenso?
—Podría ser uno de los parámetros, pero no ha influido en mi decisión. Si me lo pregunta por Carlos (Gómez) –tesorero de la FVF–, los dos hemos tenido cuatro años muy intensos de estar codo con codo. Sé lo que él piensa, él sabe lo que yo pienso. Y si la decisión la hubiese tomado yo en junio, habría sido lo mismo que cuando la he tomado ahora.
¿Le ha pedido a Carlos Gómez que se presente?
—Carlos es amigo mío y nunca le pediría que tome ciertas decisiones que son tan trascendentales en su vida.
¿Hay un consenso de las tres Territoriales en torno a Carlos Gómez?
—No lo sé. Me gustaría que hubiese un candidato de consenso, pero no quiero meterme públicamente en el proceso electoral, porque todavía soy el presidente de la Federación Vasca y soy el presidente de todos y todas.
Como presidente de la Federación Vasca, ¿le ha llamado la atención que sí se presente Iker Goñi, exdirectivo del Athletic?
—No. Conozco a Iker, que es un hombre muy ilusionado en los temas del fútbol y hace tiempo ya estuvo proponiendo una candidatura en la Federación Vizcaina. A Iker además le conozco desde que era jugador del Leioa B, club en el que, como se sabe, yo había desarrollado muchas actividades. No me extraña, porque es un hombre del fútbol, me extrañarían más en otras personas.
¿Ha hablado con él desde que anunciara su candidatura?
—Sí. Hemos tenido una conversación entre Iker Goñi y Javier Landeta, como las que hemos tenido muchas a lo largo de la vida.
Se lo pregunto porque igual se ha buscado un acuerdo para llevar una única candidatura de consenso.
—No, aunque sí ha podido salir en conversaciones, pero es que cuando hablamos yo aún no había tomado la decisión, con lo cual es absurdo hablar de proyectos de futuro cuando no sabes si tú vas a participar.
Hace cuatro años concurrió en las elecciones y tuvo como rival a Koikili Lertxundi, exjugador del Athletic y al que se impuso en las urnas...
—Y hablamos con Koikili. Mi gente y yo nos reunimos en un hotel con él e intentamos acercar posturas y las cosas fueron como fueron.
Por eso le preguntaba.
—Yo no lidero ninguna candidatura y eso será trabajo de quienes vayan a liderar las candidaturas.
¿Cuándo tiene previsto convocar las elecciones?
—En cuanto recibamos el visto bueno del Gobierno vasco a la elección de la Junta Electoral y a la modificación de los Estatutos, aunque este último punto se debe aprobar en otra Asamblea Extraordinaria. Si puede ser el mismo día, las convocamos, porque no quiero retrasar el proceso.
Después de que esa modificación no tuviera el respaldo de dos tercios de los votos, serían a finales de abril o a inicios de mayo, ¿no?
—Creo que sí. Tendremos que pedir permiso al Gobierno vasco para ir más allá del 31 de marzo, que es la fecha de límite que estaba determinada para finalizar los procesos electorales.
¿Con qué se queda de su mandato?
—Me quedo con muchas cosas, han sido cuatro años muy intensos y he trabajado con mucha ilusión, a sabiendas de que yo también tenía mi trabajo en el Gobierno vasco. No podía estar full time en esto, pero me quedo con mis compañeros de Junta Directiva, que han sido fundamentales. Me quedo con el colectivo de trabajadores de la Federación, que son muy grandes, ya que me he encontrado a un conjunto de personas trabajadoras, no solamente en lo administrativo, sino también en la gestión, en lo deportivo, que lo han dado todo. Creo que he cumplido con una de las misiones fundamentales que me había marcado, que es que la Federación sea la empresa de servicios de los clubes y del resto de estamentos, pero claro, de todos los clubes, que son los que más necesitados están. Yo vengo de un club, y conozco las infraestructuras que tenemos y las necesidades que tienen los clubes.
¿Cuáles son las necesidades prioritarias de los clubes?
—Los clubes hacen una actividad grandísima, pero luego hay momentos de fichajes, momentos de sanciones, momentos de designaciones arbitrales… en las que en cualquier momento necesitan de la Federación, y hemos estado ahí. También me quedo con el buen trabajo que se ha hecho en nuestras selecciones inferiores, creo que tenemos un equipo de técnicos con mucho nivel y cada vez que competimos fuera somos la envidia viendo el presupuesto que tenemos.
¿Cuál es el presupuesto?
—Es de cuatro millones y pico, pero de esos cuatro millones y pico la mayoría nos vienen y se nos van, porque hay temas de ayudas a las Federaciones Territoriales, a los clubes, etcétera, que están con nosotros, pero en cuanto los recibimos, lo tenemos que pasar. Hemos organizado bien la infraestructura de personal, eso es muy importante para pasar el testigo. Hemos alcanzado un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento de Durango para que Durango sea la sede permanente de las finales de las Copas Vascas, que hace que tengamos un referente en el centro geográfico.
¿El hecho de que la euskal selekzioa únicamente haya comparecido en una sola ocasión en sus cuatro años de mandato no le sabe a poco?
—Esta Federación ha trabajado por la igualdad y hemos conseguido que la selección femenina juegue otros dos partidos. Sí me sabe a muy a poco y hubiese querido tener muchas más. De hecho seguimos trabajando para ver si antes de final de temporada conseguimos un partido y va por buen camino.
¿Qué se deja en el tintero?
—Siempre quedan cosas por hacer, porque las instituciones son vivas, faltaría más que de repente la Federación Vasca no tenga cosas por hacer. ¿Me quedan cosas por hacer? Sí, me hubiese gustado que el partido que se podría jugar en junio se hubiese jugado en esta ventana FIFA.
¿Con qué dificultades se ha encontrado para convencer a una selección que juegue contra una selección no oficial?
—Las dificultades fundamentales pasan porque queremos enfrentarnos a una selección Top. Hemos tenido la suerte de tener a Uruguay, que es la décima del ranking, pero no vamos a jugar contra la 147, que también se nos han ofrecido. Con todos mis respetos, nosotros tenemos jugadores Top y jugadoras Top, que no pueden enfrentar a una selección que no sea Top.
¿En estas negociaciones se tiene que pelear con la Federación Española de Fútbol?
—No, rotundamente no. Es más, en su momento con (Luis) Rubiales, pero más con Pedro Rocha hablamos y ahora con (Rafael) Louzán no ha habido ningún problema. De hecho, en el tema de las ventanas ya les dije que bastantes problemas tenemos para conseguir partidos, para que encima se nos limite a una sola ventana.
O sea, que la Española limita a una ventana FIFA al año.
—Cuando entré como presidente de la Federación Vasca, en la reunión anterior que se había hecho, porque para mí fue una sorpresa y así lo apunté en esa reunión, se había limitado la competición de todas las selecciones autonómicas a la ventana de febrero-marzo. Y luego se podía jugar en cualquier otro momento que no fuese ventana FIFA. En otro momento que no sea ventana FIFA es muy complicado. Fuera de esa ventana FIFA, que es la principal problemática que nos encontramos, es dificilísimo encontrar una fecha para jugar.
¿Sigue defendiendo la decisión de su Junta Directiva de no haber recurrido en su momento ante el TAS la no admisión de la Federación Vasca como miembro de la UEFA y de la FIFA?
—Ya la defendí en su momento, la sigo defendiendo y fui a una comparecencia al Parlamento precisamente con eso. Y voy a dar una solución con esto de la oficialidad. El mejor camino para que la selección sea oficial es que se pueda conseguir el estatus político de soberanía suficiente para que ninguna institución a nivel estatal y ninguna institución a nivel europeo y mundial puedan rebatirnos ese derecho. Eso significa que este partido se juega en muchos campos y que evidentemente nosotros como Federación estaremos totalmente al lado de nuestros responsables políticos.
¿Y desde la Federación qué pasos se han dado para la oficialidad?
—Esto es una carrera de relevos, yo cogí un testigo y ahora lo entrego. El principal paso que tenemos que dar es jugar los mejores partidos a nivel deportivo contra los mejores rivales del mundo para que se vea que la euskal selekzioa tiene el nivel deportivo suficiente para no desentonar en cualquier competición internacional. A partir de ahí, otros partidos y otros campos de acción tienen que ser abiertos para que realmente podamos llegar a ser oficiales.
¿Le da envidia o, en su defecto, se puede seguir el camino que ha llevado la Federación Vasca de Pelota para conseguir la oficialidad?
—Claro que me da envidia la Federación de Pelota Vasca o la de kayak-surf, o cualquier otra que lo consiga. También me da envidia la organización que tiene la Federación Internacional de Pelota Vasca, que no es ni la FIFA ni la UEFA, que evidentemente cerraron la puerta la Federación Vasca.
¿Qué mensaje quiere mandar de su legado?
—No quiero personalizar en mi persona. He cumplido una etapa y en la Asamblea del lunes en Durango comenté una anécdota. Yo hacía atletismo y en la primera carrera de relevos que corrí mi entrenador me dio una lección para toda la vida. Y me dijo, nos dijo a los cuatro: Vosotros pensad que da igual quiénes de vosotros corráis. Lo importante es que el testigo corra, que el testigo se entregue de la mejor manera posible. Y que llegue a ser posible en la mejor de las circunstancias. Lo importante es la institución. Solamente espero que quien coja mi testigo, mejore lo que en mi etapa se ha realizado. Porque es lo mejor para la Federación.