El Atlético de Madrid, campeón de invierno
Se impuso por la mínima a Osasuna, con un gol de estrategia culminado por Julián Álvarez
Atlético de Madrid 1
Osasuna 0
ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Molina, Le Normand, Lenglet, Galán; Giuliano (Min. 73, Llorente), De Paul, Barrios, Gallagher (Min. 63, Lino); Griezmann y Julián Álvarez (Min. 78, Correa).
OSASUNA: Sergio Herrera; Rubén Peña (Min. 63, Moncayola), Boyomo (Min. 63, Areso), Catena, Herrando, Bretones; Rubén García (Min. 86, José Arnaiz), Torró (Min. 63, Aimar Oroz), Pablo Ibáñez, Moi Gómez; Raúl García (Min. 78, Budimir).
Gol: 1-0: Min. 55; Julián Álvarez.
Árbitro: Díaz de Mera (Comité de Castilla-La Mancha). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Giuliano y Lino.
Incidencias: 64.801 espectadores en el Metropolitano.
Ya hasta en las tardes grises, como ayer, el Atlético de Madrid saca adelante sus partidos, con una victoria mínima contra Osasuna, decidida por un gol de estrategia culminado por Julián Álvarez para alcanzar la mejor racha de triunfos de sus 121 años de historia, con 14 seguidos, ser campeón de invierno e insistirle al Real Madrid y al Barcelona que no será nada fácil bajarlo de ahí en el resto de la temporada. Porque en su imponente secuencia ganadora, que empezó allá por el 31 de octubre en Vic, ha solucionado también unos cuantos enredos sobre el terreno de juego.
Es el líder de LaLiga cuando hace apenas nueve partidos, cuando sufrió su última y única derrota de este curso en esta competición (1-0 contra el Betis), observaba a diez puntos de distancia al Barcelona, al que, ahora, por el contrario, lo aventaja en seis. Al Real Madrid, en tan solo en uno. Le queda aún mucho a este Atlético para ser campeón. Está en el camino.
Cada partido, las acciones a balón parado, tan cruciales en otros tiempos en el conjunto rojiblanco en cuanto a producción de puntos, ocupan un espacio trascendente en las sesiones del equipo madrileño. En un duelo tan incierto como el ayer ante Osasuna, son acciones capitales. Para el Atlético, fue el 1-0. La victoria. En el minuto 55. Desde la esquina, Griezmann la jugó por raso con De Paul, el argentino se la devolvió y él la centró con la izquierda hacia el segundo palo, donde Clement Lenglet la dejó atrás para el control con el pecho y la volea de Julián Alvarez, tan solo dentro del área, que le dio tiempo a todo lo que quiso. Nadie pudo impedirlo.