El Sestao River camina sobre el alambre con riesgo de precipitarse. Ángel Castro, presidente de la entidad verdinegra, adelantó el pasado día 7 en declaraciones a DEIA que a día de hoy el club que dirige no se encuentra en condiciones de mantener su plaza en Primera RFEF, una alerta que ha levantado una profunda preocupación en todo su entorno y que ya tiene a su primera víctima en la persona de Roberto Sáez, que deja la dirección deportiva un año después de su aterrizaje a causa de “la incertidumbre que rodea” al River y que impide que pueda trabajar con todas las de la ley en un segundo proyecto en la categoría de bronce estatal. El burgalés, que llegó a Las Llanas procedente del Mirandés donde ejerció como secretario técnico, se ha decantado por no esperar hasta el próximo día 30, cuando expira su contrato, como así lo consensuó con el presidente en la reunión que mantuvieron en la jornada del lunes, una vez que el club no garantizaba los recursos para poder posibilitar refuerzos con cierta solvencia.

No es una situación nueva para el Sestao, que ya estuvo obligado a moverse en el mercado el junio pasado fechas después de consumado el ascenso a Primera RFEF cuando Carlos Lasheras, por entonces director deportivo, decidió abandonar su cargo para comprometerse con la UD Logroñés, en la que no ha conseguido hacer realidad el objetivo del ascenso. La Junta Directiva verdinegra peinó las diferentes posibilidades que tenía sobre la mesa para decidirse por Roberto Sáez, al que le acreditaba su consagrado trabajo en la base del Mirandés, club que se ha asentado en LaLiga Hypermotion, una apuesta que resultó acertada visto el fruto de su trabajo. El burgalés certificó la renovación de Aitor Calle en el banquillo, blindó a la columna vertebral del equipo del ascenso y tuvo buen ojo en los fichajes, siempre con un presupuesto limitado, el más bajo de la categoría, mimbres que le han valido para evitar en la última jornada de liga el descenso a Segunda RFEF, que, en cambio, podría consumarse en caso de que el Sestao River no consiga los ingresos necesarios para competir con garantías.

“Me voy con la cabeza alta, con la satisfacción de haber hecho el trabajo, de dejar al River en Primera RFEF”, subrayó Sáez a este diario poco antes del anuncio oficial de su marcha y del comunicado que él mismo subió a las redes sociales, en el que argumenta las razones de su decisión: “Hemos llegado a un acuerdo para separar nuestros caminos ante la incertidumbre que rodea al club y buscar nuevos retos profesionales. Ojalá sigáis en Primera RFEF, que es lo mínimo que se merece este club y afición… y porqué no volver a juntar nuestros caminos en el futuro”, explica el ya exdirector deportivo de los verdinegros, que también se quiso acordar de todo el personal de la entidad, desde los empleados, personal auxiliar, cuadro técnico, directivos hasta jugadores “en el apasionante y difícil reto que sabía iba a ser un camino duro y largo, pero que al final ha merecido la pena”.

La situación económica ha precipitado un desenlace que no visualizaba meses atrás ni el club ni el propio Sáez, ya que, incluso, ambas partes mantenían conversaciones desde febrero para cerrar una hipotética renovación en caso de que se materializaran los objetivos deportivos y de que hubiera caja disponible para costear un nuevo proyecto en Primera RFEF que requiere un incremento presupuestario en plantilla debido a la necesidad de cumplir la normativa en cuanto a los salarios de los futbolistas, cuyo mínimo se cifra en 20.000 euros netos anuales. “Se necesita una partida comprensible para poder ofrecer un proyecto creíble a futbolistas que quieres sumar a la plantilla, además de renovar a los que quieres. No puedes ir a una mesa de negociación con nada y pedir al futbolista que espere al 30 de junio a ver si salimos en Primera RFEF, como tampoco podía esperar yo, así se lo trasladé al presidente, que lo entendió y que fue muy claro a la hora de exponerme los ingresos limitados que tiene la entidad”, subrayó Roberto Sáez, que está en la agenda de varios clubes.