Y la historia se repite. El Sestao River se obceca en caer en el mismo lamento y son ya cinco los partidos en los que no es capaz de vencer pese a adelantarse en el marcador. Para más inri, es la segunda ocasión consecutiva en la que lo sufre. Si en Fuenlabrada hincó la rodilla en una pésima segunda mitad en la que se vio superado por su rival tras llegar al descanso con el 0-1 a favor, el pasado domingo se quedó con la miel en los labios en su enfrentamiento en Las Llanas ante el Nàstic, el líder del grupo I de Primera RFEF y que frustró a los verdinegros para sellar en el minuto 92, ya en el alargue, el definitivo 1-1 que impide al conjunto de Ezkerraldea dar ese saltito necesario en la clasificación que le permita escapar de la zona de descenso. No en vano, el colectivo de Aitor Calle continúa con la política del chicle, ya que no logra reducir distancias con los equipos que le anteceden en la tabla una vez que la permanencia se mantiene a tres puntos vista y que la marca el Sabadell, conjunto que en dos semanas visita Las Llanas en lo que se entiende como un compromiso trascendental para este River, que, antes de ese duelo, debe rendir el sábado visita al Celta Fortuna, sexto clasificado y ante el que estrenó su casillero de victorias en la primera vuelta.

El conjunto vizcaino se quedó ante el Nàstic a las puertas del éxito, pero fue un partido que ofreció cosas valiosas para el Sestao, que se hace fuerte en su guarida, ya que encadena cinco encuentros consecutivos sin hincar la rodilla como local, un matiz que se estima mucho puertas adentro. Falta, eso sí, rematar la faena cuando tiene los partidos con el marcador de cara. En esta tacada casera, los verdinegros han sumado nueve de los quince puntos posibles, una cosecha que no deja buen sabor de boca a tenor de los méritos contraídos en el verde por los de Aitor Calle, que de nuevo pone el acento en el infortunio que persigue a los suyos y en el hecho de encajar en los minutos finales. “Se debe a un cúmulo de factores y también es cierto que el equipo ha hecho un esfuerzo terrible para intentar doblegar a un equipo del nivel del Nàstic, un desgaste brutal que se quiera o no se acusa”, argumentó el técnico verdinegro, que no comparte la impresión de que su equipo se repliega demasiado cuando tiene el resultado de cara, porque, en su opinión, “no se debe a un planteamiento, sino que el partido y el rival te llevan a estas situaciones”.

El duelo ante el Nàstic puso el foco en algunos nombres propios. Uno de ello fue el de Alex Aizpuru, Kaxe, uno de los refuerzos que han llegado a Las Llanas en el mercado invernal. El ariete guipuzcoano se estrenó como goleador al transformar el penalti cometido sobre él mismo, por lo que el futbolista procedente del Ibiza se suma a la corta nómina de goleadores del River que encabeza Aitor Aranzabe gracias a sus cinco dianas, seguido de Ibai Sanz, con tres; Gaizka Martínez, con dos; y Álvaro Mateo, Jon Guruzeta, Leandro Martínez, Jon Cabo, Alex Carbonell y el mismo Kaxe, con uno cada uno. Kaxe marcó y Gaizka Martínez, el capitán, protagonizó la anécdota al jugar 78 minutos con la nariz rota tras recibir un fuerte golpe en el rostro, un gesto y un aguante que resaltó el propio en sus redes sociales. El domingo, además, debutó como verdinegro Josu Ozkoidi, atacante procedente del Rayo Majadahonda y que consumó su primer cuarto de hora en un River que confía en evitar el descenso.

Un Sestao que quiere sumar el sábado en el Municipal de Barreiro ante un filial celtiña que va de más a menos, ya que encadena seis jornadas consecutivas sin vencer y en las que solo ha sumado dos puntos de los 18 posibles.