En Basauri cogió por primera vez el silbato y allí será donde lo cuelgue medio siglo después. El colegiado mungiarra Severo González Lekue, árbitro de Primera División en la década de los 90, y que aún seguía arbitrando en categorías inferiores de Bizkaia, pondrá el punto y final a su trayectoria en el fútbol este fin de semana. A punto de cumplir 70 años (lo hará el domingo), conserva intacta su pasión por este deporte y el arbitraje. Una exitosa trayectoria profesional que le ha permitido ser testigo directo del desempeño de astros como Diego Armando Maradona, vivir partidos internacionales y después volver a la esencia del deporte rey, al fútbol base. Todo ello sin llegar a conocer una época como la actual, donde el mundo del arbitraje está más profesionalizado que nunca y, sobre todo, está mejor remunerado. “En mi época en Primera me pagaban 400 euros por partido, gastos aparte”, rememora. Por eso compatibilizó siempre el arbitraje con su trabajo como docente en el Colegio Trueba de Artxanda. “Siempre digo que he estado en dos colegios: el Trueba y el de árbitros de Bizkaia”, señala.

Natural de Mungia, su pasión por el fútbol le hizo probar suerte primero como jugador. Militó en el juvenil del equipo de su pueblo y llegó a hacer una prueba con el Loiu. No se pudo quedar en el equipo y entonces apostó por hacer un curso de árbitros junto a un compañero de estudios. Su debut fue en 1972, en el campo del Nervión, en Basauri, que estaba ubicado en la campa de Ibarre y era conocido como La Huerta, en un partido entre el Indartsu y el Lemona. “Entonces no era como ahora, que te dan ropa de sobra. Me tuvo que dejar un amigo unos pantalones cortos negros del Athletic”, rememora. A partir de entonces fue escalando en el mundo del arbitraje y acabó dirigiendo tres temporadas en Tercera División, otras tres en Segunda B, nueve en Segunda y luego llegó el salto a la élite, donde estuvo cinco temporadas en la década de los 90. El salario arbitral no le permitía vivir de ello, pero encontró un gran apoyo en el Colegio Trueba, que le permitió compaginarlo. “El problema no eran los partidos de liga, que solían ser sábado o domingo a la misma hora siempre, sino los de Copa, que caían entre semana con desplazamientos largos”, relata.

Tarjeta roja a Maradona

Durante su etapa en Primera, recuerda especialmente un duelo entre el Tenerife de Valdano y el Sevilla de Bilardo, Maradona y Simeone. “El ambiente previo estaba enrarecido, había varios jugadores argentinos y en un jugada tuve que expulsar a Maradona pero, por muy importante que fuera, al final lo que tiene que pensar un árbitro es que es un deportista y que hay que hacer justicia y ser honesto. Yo siempre estaba concentrado en el juego, en el partido”, apunta sobre la anécdota con el astro argentino, al que reconoce como el mejor futbolista que ha visto. “No he visto nada igual”, destaca.

De aquella época también guarda un grato recuerdo de Delfí Geli, actual presidente del Girona, cuando militaba en el Albacete. “Era un jugador muy correcto y educado. Me encanta cómo habla siempre”. No obstante, también guarda recuerdos tristes en su memoria. “Se me quedó grabado un hecho después de arbitrar un Logroñés-Albacete, el suceso de Rommel Fernández, un delantero panameño que tenía el Albacete. Era muy correcto, le saludé al acabar el partido y al día siguiente me enteré de su muerte en un accidente de tráfico. Me quedé impactado”.

También recuerda un susto en A Coruña, pitando un encuentro entre el Deportivo y el Murcia con el ascenso a Primera en juego: “Echaron unos cohetes que impactaron en el tejado de Riazor, que empezó a arder. Entonces el público invadió el terreno de juego. El partido estuvo suspendido unos 40 minutos. Finalmente, se pudo reanudar y acabó subiendo el Depor”. Las experiencias vividas en el extranjero forman parte de su bagaje. Aunque no llegó a dirigir ningún encuentro internacional, sí que formó parte de expediciones como asistente, de las que recuerda un Spartak de Brno-Juventus, además de otros destinos como Mónaco o Escocia: “Ver otros ambientes futbolísticos es una gran experiencia”.

La irrupción del VAR

Respecto al fútbol de hoy en día, en el que el VAR ha ganado excesivo protagonismo a los colegiados de campo, González Lekue reconoce que hace falta darle una vuelta. “Nosotros no teníamos VAR ni nada, pitabas en función de lo que veías. Creo que hay que poner el semáforo en rojo y revisar su funcionamiento porque está siendo demasiado intervencionista. Muchos entrenadores no saben si arbitra el del campo o el del VAR”. Al mismo tiempo pone de relieve las dificultad existente sobre el arbitraje en el caso de las manos. “Se ha retocado tanto el reglamento que ahora es un lío, el fútbol es más sencillo que todo eso”, señala. En este sentido, asegura que tanta polémica arbitral en la élite acaba teniendo su trascendencia en el fútbol modesto. “Últimamente está todo tan enrarecido que protestan cada decisión y todo es una tragedia. Se debería explicar mejor con vídeos educativos, por ejemplo, que un rebote nunca es mano”, sostiene.

González Lekue se acuerda de aquella época en la que los colegiados podían hacer declaraciones al término de los partidos. “Interveníamos en las radios para explicar las jugadas polémicas y dar nuestro punto de vista”. Sin duda, otros tiempos. Por último, tras más de medio siglo formando parte del colectivo arbitral, tan denostado en muchas ocasiones, considera que “lo más importante en el fútbol, como en la vida, es respetar todas las opiniones”.