OVIEDO: Román; Ahijado, Vázquez, Pomares; Viti (Min. 46; Marco Esteban), Colombatto, Seoane (Min. 80, Cazorla), Moyano (Min. 80, Borja Sánchez); Dubasin (Min. 71, De la Fuente), Masca (Min. 46, Jimmy); y Borja Bastón.

AMOREBIETA: Campos; Mier, Etxeita, Félix, Lasure (Min. 82, Gayá); Dorrio, Sibo, Carbonell (Min. 82, Morán), Rayco (Min. 72, Álvaro Núñez); Edwards (Min. 74, Morcillo) y Jauregi.

Goles: 1-1: Min. 3: Moyano. 1-1: Min. 32; Jauregi.

Árbitro: De la Fuente Ramos (Comité Castilla y León). Solo amonestó a Mier, por el Amorebieta.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de LaLiga Hypermotion disputado en el Carlos Tartiere ante 16.307 espectadores.

Un punto para crecer. Así lo debe entender un Amorebieta que arranca la segunda vuelta con un pelín de optimismo tras sumar en la exigente visita al Carlos Tartiere, en un encuentro en el que el conjunto azul gozó de buenas ocasiones de gol, pero al que le faltó la puntería necesaria para haberse llevado un botín más suculento, aunque también le tocó sufrir en la recta final frente a un Oviedo que, como se conocía, se hace fuerte en su guarida. Fue un enfrentamiento abierto desde el tramo inicial cunado se adelantó el equipo carbayón por medio de Sebas Moyano y que empató en ese mismo primer acto Eneko Jauregi, que ponía fin así su sequía anotadora en la competición liguera, aunque no sirviera para que el colectivo de Jandro no acumule jornadas, son ya cinco, sin conocer la victoria, con lo que no sale de su complicada situación en la tabla, ya que se acostó penúltimo con la permanencia a siete puntos vista.

Jandro volvió al modo liga después de que la Copa se esfumara una semana antes con la derrota en Urritxe frente al Celta. El asturiano asumía la trascendencia del duelo, una vez que su equipo necesita puntos como el comer. Fiel a su intocable 4-4-2, el técnico añadió matices a su fórmula en el deseo de dañar a un Oviedo lastrado por las ausencias en defensa, lo que obligó a Luis Miguel Carrión, el entrenador carbayón, a innovar en su sistema, atrevido de arranque. Jandro apostó por Jorge Mier como un acicate motivador, ya que el lateral regresaba a su casa para medirse al equipo de su vida, con el plus emocional que supone; Xabi Etxeita, curtido en mil batallas y ya superadas sus molestias físicas, retornó al once en el lugar del sancionado Manu Hernando dos meses y medio después de la ocasión anterior, paradójicamente en el duelo ante el Oviedo en Lezama; Rayco, estelar ante el Celta, ocupó el sitio de Jon Morcillo; y Ryan Edwards ejerció como socio ofensivo de Eneko Jauregi en la misión de aportar pelea y músculo físico.

Al Amorebieta se le cambió la cara de color muy pronto. Empalideció a los tres minutos de juego en la primera llegada astur, cuando otro desajuste defensivo, como ha ocurrido en casi todos los partidos del curso, generó el tanto de Sebas Moyano que aprovechó una buena asistencia de Viti desde el otro costado para batir a Pablo Campos, que nada pudo hacer. Es un debe que no acabar de corregir el colectivo azul, ni en la etapa anterior de Haritz Mujika ni en la actual. Una vez más le tocaba al Amorebieta remar a contracorriente, con el desgaste mental que acarrea en una situación tan apurada como la suya y consciente de que tenía enfrente a un enemigo muy ofensivo con su plan 3-4-2-1, muy poco habitual en una categoría tan férrea como es LaLiga Hypermotion.

El gol local acentuó la inquietud del grupo de Jandro, que se vio exigido en dos nuevas contras de Dubasin y Borja Gastón, que no hacían más que retratar el mal inicio de los vizcainos. El Amorebieta, sin embargo, salió vivo y se rearmó en su juego. Kwasi Sibo y Álex Carbonell se adueñaron de la medular, Mier y Josué Dorrio se asociaron en banda derecha, Edwards lideró la presión en bloque alto y Jauregi comenzó a ver área. Los azules comenzaron a sentirse a gusto, a robar balones en la salida del Oviedo y multiplicaron sus llegadas. Jauregi perdonó en la primera que tuvo, pero ya no en la segunda, cuando cazó un toque de cabeza de Etxeita a córner botado por Dorrio para fusilar a Leo Román. El de Mujika, que ya marcó en Copa ante el Celta, no veía puerta en liga desde la tercera jornada, allá por el pasado agosto, por lo que la diana, la tercera suya, le debe venir de perlas para el futuro inmediato. El empate, con todo, supo incluso poco al conjunto zornotzarra, ya que Edwards gozó de una gran ocasión para haber hecho el segundo, pero se topó con el meta local.

El Amorebieta, al contrario de lo que sucediera en el primer acto, entró con mejor pie en la reanudación, ya que mantuvo su buena inercia de juego, tanto que en cuatro minutos fabricó dos acciones peligrosas, a las que le faltó tomar la mejor decisión para que tuvieran el máximo premio. Rayco desbordó por lado izquierdo, pero su asistencia no la consumó Dorrio, que quiso golpear de tacón, y poco después Carbonell mandó a las nubes un balón que le dejó en franquicia Mier al borde del área. Un equipo necesitado como es el caso del azul no se puede permitir el lujo de desperdiciar sus momentos más notables, como ocurrió también en una contra entre Carbonell y Edwards, pero al australiano se le hizo larga la caminata, aunque pasados unos segundos fue Jauregi el que sacó un zambombazo que se estrelló contra la madera. El encuentro entró entonces en un toma y daca, con más dominio ovetense, pero siempre dentro de un equilibrio que ya no se rompió.